Se ha conseguido producir un biomaterial más fuerte que cualquier otro conocido. Es más fuerte que el acero e incluso que la seda de araña, considerada habitualmente como el material biológico más fuerte.
Este portento es obra del equipo de Daniel Söderberg, del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo en Suecia, y se ha llevado a cabo en la fuente de rayos X PETRA III, emplazada en el Sincrotrón Alemán de Electrones (DESY, por sus siglas en alemán).
El material ultrafuerte está hecho de nanofibras de celulosa, los bloques de construcción esenciales de la madera y de otras estructuras vegetales. Usando un método de producción novedoso, los investigadores han conseguido transferir las propiedades mecánicas de estas nanofibras a un material ligero y macroscópico. De este modo, el material pasa a poseer, amplificadas de manera espectacular, algunas de las propiedades de la celulosa natural. El nuevo material podría utilizarse como alternativa ecológica al plástico en aviones, coches, muebles y otros productos.
Söderberg argumenta que el nuevo material tiene incluso un potencial en la biomedicina, dado que la celulosa no es rechazada por nuestro cuerpo.
Las nanofibras de celulosa fabricadas en el DESY son 8 veces más rígidas y tienen mayor robustez que las fibras de la seda del hilo de seguridad de las arañas, conocida también como “seda Dragline”. Éste es el hilo que les permite descolgarse precipitadamente de ramas y otros sitios huyendo así de peligros pero al mismo tiempo evitando caerse descontroladamente.
El nuevo material es también más fuerte que el acero y que cualquier otro metal o aleación, así como las fibras de vidrio y la mayoría de los demás materiales sintéticos.
Las fibras de celulosa artificial pueden ser tejidas de distintas maneras a fin de crear materiales para diversas aplicaciones.