El ingeniero agroindustrial Mauricio Cardona, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, explica que los compuestos bioactivos que se obtienen poseen potencial para neutralizar radicales libres, moléculas inestables y activas hacia reacciones químicas que generan estrés oxidativo en el organismo humano.

 

“En frutas como el maracuyá, gran parte de estas sustancias se queda en los residuos, pese a que estas podrían ayudar a prevenir enfermedades como cáncer, inflamación crónica, degeneración muscular y cardiovascular, además de otras enfermedades degenerativas”, asegura el investigador Cardona.

 

Su trabajo, dice, puede servir como insumo para introducir bioactivos en alimentos por medio de métodos que optimicen su potencial antioxidante, como la encapsulación.

 

Para extraer los bioactivos de las semillas se implementaron dos metodologías establecidas en el aprovechamiento de los residuos de maracuyá: la extracción, tanto con fluidos supercríticos como asistida por ultrasonido. “La mayoría de las investigaciones solo aplican alguna de las dos metodologías. Lo que hacen es obtener aceites de las semillas y dejar la masa resultante como residuo. Nosotros utilizamos esa masa para extraer los compuestos”, describe.

 

Primero se dejaron las semillas en un proceso de secado para después molerlas y llevarlas a un equipo de fluidos supercríticos, en el cual se realiza la extracción a través de dióxido de carbono en estado supercrítico, que arrastra y separa los aceites. Después de esta fase, la harina desengrasada que queda pasa al equipo de extracción asistida por ultrasonido, donde entra en contacto con una mezcla de etanol-agua, que funciona como solvente.

 

“Cuando la harina desengrasada entra en contacto con el solvente, en el reactor del equipo se introduce una sonda de ultrasonido generando ondas mecánicas de baja frecuencia que favorecen el proceso de extracción de fenoles y antioxidantes”, relata el ingeniero Cardona.

 

Para poder establecer las condiciones óptimas del proceso de extracción se hicieron alrededor de 40 experimentos, a partir de los cuales se elaboraron modelos estadísticos para optimizar la obtención de los compuestos bioactivos

 

El estudio “El maracuyá en Colombia,” realizado por el Gobierno y la Corporación Centro de Desarrollo Tecnológico de las Pasifloras de Colombia, proyecta que para 2020 habrá 20.500 hectáreas cosechadas de maracuyá en el país, con una producción de 615.000 toneladas al año. Esta actividad, dice el estudio, genera empleo para cerca de 6.500 familias en el país.

 

Según explica el investigador Cardona, las semillas representan entre el 6 y el 12 % de la masa total de la fruta del maracuyá, según la variedad. “Es un residuo que no se aprovecha en Colombia de manera correcta. Se aplica para abono o para la alimentación de animales, cuando gran parte de los bioactivos de la fruta se encuentran en la semilla”, advierte.

 

Esta investigación, que duró más de un año, fue galardonada como “Mejor trabajo de grado” de la carrera de Ingeniería Agroindustrial de la U.N. en 2017. El estudio se llevó a cabo con recursos del Sistema de Información de la Investigación, Extensión y Laboratorios Hermes, destinados para el proyecto “Extracción de compuestos bioactivos a partir de residuos agroindustriales de chontaduro y maracuyá usando técnicas verdes de extracción”. (Fuente: UN/DICYT)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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