La contaminación del aire es una mezcla de partículas sólidas y gases en el aire. Las emisiones de los automóviles, los compuestos químicos de las fábricas, el polvo, el polen y las esporas de moho pueden estar suspendidas como partículas. … Cuando el ozono forma la contaminación del aire también se denomina smog.
La exposición al aire contaminado está asociada con múltiples condiciones médicas que afectan a mujeres embarazadas.
Ahora, un estudio publicado en la revista Nature Communications determinó que las partículas contaminantes de carbono negro (hollín) que flotan en el aire pueden infiltrase en nuestro sistema respiratorio hasta alcanzar la placenta de las mujeres embarazadas.
Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron la placenta de cinco bebés que nacieron prematuramente y la de otros 23 embarazos normales. Por medio de imágenes de alta resolución, descubrieron partículas de carbono negro en el lado fetal de cada una de las placentas que observaron.
Las madres que vivían más cerca de carreteras transitadas presentaban una mayor concentración de partículas contaminantes.
La placenta humana está compuesta por la placenta fetal, del mismo tejido que el feto, y la placenta materna, formada a partir de tejido del útero de la madre. El oxígeno y los nutrientes llegan hasta la placenta fetal y luego se transportan al feto por medio del cordón umbilical.
La nicotina, el alcohol y otras drogas pueden atravesar la placenta, por lo que se le advierte a las madres que eviten estas sustancias durante el embarazo para no perjudicar al bebé. Ahora se debe agregar el hollín a la lista de sustancias indeseables.
Lo que los investigadores no determinaron definitivamente es si las partículas pueden alcanzar al propio feto. Este mecanismo explicaría muchos de los efectos nocivos de la polución en las etapas tempranas del desarrollo de los humanos.
Algunos expertos creen que estos resultados justifican una investigación mayor para determinar los efectos totales que el aire contaminado puede tener en la madre y el bebé.
Los investigadores advierten que las mujeres embarazadas no tienen el poder de cambiar el entorno en el que viven por sí solas, de manera que no deben obsesionarse con el posible daño que la polución puede causar en sus bebés, pero sí pueden tomar algunas medidas.
Un ejemplo sería no ventilar las casas justo frente al tráfico, para evitar exponerse al hollín. En cambio, se debería airear desde la parte trasera si es posible. Igualmente, si usan la bicicleta o caminan, es mejor moverse por las carreteras menos transitadas.