Los gestos eco que acaban convirtiéndose en una rutina son una manera sencilla de contribuir al cuidado del medio ambiente. Si quieres pasar a la acción puedes ayudar al medio ambiente con una serie de gestos simples domésticos en la cocina, con la gran ventaja de que además conseguiremos reducir las facturas de la luz, el agua, el gas y la compra de alimentos.

En este post vamos a repasar algunos eco gestos que podemos realizar en la cocina o acerca de algunas cuestiones relacionadas con ella, como la elección de electrodomésticos sostenibles o la toma de decisiones a la hora de hacer la compra de productos de limpieza y comida.

Por lo tanto, no solo se trata del tiempo que pasamos en la cocina cocinando, fregando la vajilla, organizando los alimentos, limpiándola o utilizando grandes electrodomésticos, sino de las medidas que nos ayuden a pasarla al verde.

Si hacemos un pequeño esfuerzo los gestos respetuosos con el medio ambiente pronto pasarán a formar parte de nuestro día a día. Bastará con tener buena voluntad y ser constantes durante unas semanas para crear el hábito.
Se trata, en suma, de intentar limitar el impacto ambiental que, de un modo u otro, producimos al entorno. Las siguientes diez gestos son solo un ejemplo de lo mucho que podemos hacer. Además, a partir de ellos será fácil ponernos en marcha para pensar en verde e inventar nuestros propios trucos verdes.

1. Cuidado con lo que echamos por el fregadero

Puede parecer algo sin importancia, pero cuidar lo que vertemos por los fregaderos es importante para cuidar el entorno. A su vez, los gestos verdes nos ayudará a cuidar las cañerías y evitar atascos.

Evitemos tirar restos de comida o aceite usado. La comida debemos tirarla a la basura, siempre separando lo orgánico de lo que no lo es. Por su parte, el aceite usado es importante meterlo en una botella y llevarlo a un Ecoparque.

Por supuesto, evitemos tirar pinturas, barnices y otras sustancias químicas. Por último, no olvidemos que los detergentes y lejías que usemos también acaban en entornos naturales. Se recomienda reducir la dosis o, aún mejor, optar por las fórmulas biodegradables.

2. Ahorrar agua es sencillo

Colocando un difusor en el grifo conseguimos un buen ahorro de agua. Sin embargo, la mejor manera de hacerlo es no despilfarrándola. Los grifos de monomando son idóneos para conseguirlo fácilmente, pues podemos cortar el agua al momento sin necesidad de
Usar el lavavajillas también supone un ahorro de agua con respecto al lavado a mano, siempre y cuando se hagan lavados con su carga al máximo. Igualmente, la lavadora es una gran consumidora de agua, por lo que las prácticas eco-amigables son esenciales. Entre otras, lavar con la carga máxima y no abusar del prelavado.

3. Cómo ahorrar electricidad

La lavadora, sin ir más lejos, es una gran consumidora de energía. Si además lavamos con agua caliente incrementamos el gasto energético. Para evitarlo sigamos los consejos apuntados para el ahorro del agua, es decir, minimizar lavados y evitar las altas temperaturas.

Además, al igual que ocurre con el frigorífico, optemos por los aparatos más sostenibles, idealmente A+++. Por lo general, mantener un frigo o lavadora ya viejos supone un gasto energético que no sale a cuenta. Por último, controlemos el uso del agua caliente en el grifo.

4. Limpieza natural multiusos

Para limpiar eficaz y naturalmente la cocina nos bastará con tener a mano una serie de productos biodegradables, como el vinagre, el bicarbonato de sodio o, por ejemplo, los cítricos.

También es común añadir algunas gotas de aceites esenciales con propiedades desinfectantes (té verde), bactericidas y antisépticas, como es el aceite esencial de limón o romero. Nos aporta desinfección y también aroma.
Si preferimos adquirir los productos de limpieza bio, también es una buena opción. En todo caso, a la hora de usar los convencionales no exageremos las dosis para reducir el impacto ambiental. De hecho, además de ser nocivos para el medio ambiente, la calidad del aire interior se resiente y, con ella, también nuestra salud.

5. La compra, un momento clave

No tirar alimentos a la basura es otra manera de ser ecológicos. Lograrlo pasa por empezar con buen pie, lo que significa hacer la compra de forma programada. Privilegiar los alimentos locales, planear raciones, intentar evitar envases innecesarios, pongamos por caso, optando por los formatos familiares cuando sea conveniente. Es decir, siempre que vayamos a darle uso.

6. La conservación de los alimentos

Conservar los alimentos en buenas condiciones significa hacerlo durante más tiempo y, por lo tanto, tirar menos a la basura. No llenar en exceso el frigorífico es una buena medida, a´si como contar con tupers y bolsas de conservación adaptadas a los alimentos.
Ordenar los alimentos en neveras y despensas de modo que estén visibles los que van a caducar antes es una buena manera de consumirlos cuanto antes. Y, en fin, llevemos a cabo buenas prácticas, como las que repasamos en un anterior post.

7. Trucos verdes al cocinar

Ser verde cocinando no solo significa no hacer más raciones de las necesarias o saber aprovecharlas para otra comida. Como es bien sabido, economizar energía es fundamental para poder hablar de una cocina sostenible.

No abrir el horno durante la cocción si no es estrictamente necesario, acelerar la cocción usando la olla a presión o poniendo tapas, adaptar el tamaño de la cazuela al del fogón o aprovechando el calor residual son algunos ejemplos.

8. Reutilizar y reciclar

Como no podía ser de otra manera, las tres erres de la ecología (reducir, reutilizar y reciclar) también son de aplicación en la cocina. Si minimizar significa prescindir de lo prescindible, reutilizar puede ayudarnos a dar otro uso un accesorio antes de desecharlo, como puede ser un cepillo de dientes, previamente esterilizado. O, por ejemplo, dar una segunda vida a las bolsitas de té, los posos de café, la piel de los cítricos y a los desechos orgánicos, idóneos para para hacer compost con el que abonar las plantas.

 

9. Plantas en la cocina

Las cocinas son más verdes si tienen plantas que también lo sean. No se trata de que tengan hojas del color de la esperanza, sino de que sean una especie durable o, por ejemplo, de tener hierbas con las que podamos cocinar.

Idealmente, cuidémoslas mediante prácticas de jardinería bio. Con respecto a las plantas de interior ornamentales ideales para la cocina, sería interesante tener palmeras, como las palmeras Rhapis o el anthurium, eficaces para purificar la atmósfera. Eso sí, cuidado con las especies venenosas, sobre todo por los niños y las mascotas.

10. La basura: reducir y separar

La basura más ecológica es aquella que no se produce. Parece una perogrullada, pero tenerlo claro es clave para conseguir que la cocina, donde se producen muchos desechos, sea un espacio más verde. y, por supuesto, además de reducir, separemos la basura para poderla reciclar convenientemente.