Kowloon tuvo una triste historia, que duró a lo largo de diez siglos hasta apagarse a finales de los años 1990.
La ciudad amurallada de Kowloon fue un pequeño enclave de China situado en el Hong Kong británico.
En 1898 el convenio para la anexión de nuevos territorios junto a Hong Kong a Gran Bretaña por 99 años excluía a la Ciudad China (Chinese Town). En aquel entonces la ciudad amurallada contaba con 700 residentes.
En 1940 los japoneses destruyeron una gran parte de Kowloon para construir con esas piedras el Aeropuerto Internacional Kai Tak, que fue uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo.
Después de la Segunda Guerra Mundial la ciudad de Kowloon siguió siendo territorio de China, pero estaba rodeada por la colonia británica. Las leyes y la administración de Hong Kong no eran válidas en el territorio y sus residentes no pagaban impuestos. Kowloon se convirtió en un rincón perdido, una cuna del bandidismo, la prostitución y el tráfico de drogas.
Kowloon empezó a crecer de forma imparable. En 1987 la ciudad, con una superficie de 2,6 hectáreas contaba con 33.000 personas. La población alcanzó la cifra increíble de 50.000 residentes en 1993, cuando fue realizada la demolición.
Antes de ser reducida a escombros, los fotógrafos Greg Girard y Ian Lambot estuvieron cinco años tomando fotos asombrosas de la vida cotidiana de la urbe: desde los niños jugando en los tejados hasta los drogadictos vagando por las calles, destaca ‘Daily Mail’.
En 1994, en ese lugar fue construido el Parque de la Ciudad amurallada de Kowloon.