Son 109 firmas que denuncian que la oposición al uso de algunos alimentos modificados puede ser “un crimen contra la humanidad”
Desde que se fundó a principios de la década del 70, Greenpeace ha sido una de las organizaciones medioambientales con más notoriedad a nivel global.
Sin negar el trabajo que han hecho en otras áreas, también hay detractores de algunas decisiones que han tomado: específicamente, en relación al uso de transgénicos. Ahí también se puede nombrar a Monsanto y el largo conflicto que se ha llevado por el uso de semillas modificadas.
Un grupo de 109 ganadores/as del Premio Nobel firmaron una carta en la que se acusa a Greenpeace de rechazar políticas que de cambiarse, podrían tener un impacto importante en la salud de muchas personas.
Se argumenta que por su firme oposición a la modificación de alimentos, se estaría privando la alimentación a través de alternativas como el arroz dorado, una variante creada en 1999 con sus genes modificados para producir un precursor de la vitamina A.
La carta también menciona las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud en relación a la cantidad de niños que se quedan ciegos —o mueren— por deficiencia de vitamina A (50 mil cada año), problema que podría mejorar con la inclusión del arroz dorado en sus regímenes de alimentación.
Entre los expertos que firmaron, está el biólogo estadounidense James Watson, reconocido por haber descubierto la estructura del ADN, y la bioquímica israelí Ada Yonath, y en este extracto se aprecia su determinación:
Hacemos un llamamiento a los gobiernos del mundo para que rechacen la campaña de Greenpeace contra el arroz dorado, en particular, y contra los cultivos y alimentos mejorados mediante biotecnología en general”, continúan los científicos. Hay que detener la oposición basada en emociones y dogmas, en contradicción con los datos.
¿Qué dice Greenpeace sobre esta acusación demoninada como “un crimen contra la humanidad” por los firmantes? En un comunicado, la organización dice que todo esto se trata de hacer que alimentos transgénicos como el arroz dorado, sean más rentables.
En relación a la salud de las personas más pobres, argumentan que existen otras formas de arreglarlo, como una una dieta con alimentos “de verdad”.
Fuente:veoverde.