Los arañazos microscópicos en los dientes fósiles están obligando a los paleontólogos a repensar algunas de las ideas más preciadas sobre las dietas de los pterosaurios: reptiles voladores que dominaban los cielos mientras los dinosaurios terrestres florecían en las tierras debajo de ellos.
Desde que descubrieron por primera vez los fósiles de pterosaurio en el siglo XVIII, los investigadores han hecho suposiciones sobre sus hábitos alimenticios, principalmente sobre la base de pistas indirectas como las formas de sus dientes y los entornos en que vivían. Pero Jordan Bestwick, paleontólogo de la Universidad de Leicester, Reino Unido, y sus colegas buscaron evidencia más directa: realizaron el primer examen de dientes de pterosaurio fosilizados para pequeñas abrasiones causadas por los alimentos. Los arañazos microscópicos y los chips crean texturas superficiales características que varían según la dieta de un animal, dice Bestwick.
Los hallazgos preliminares ofrecen nueva evidencia sobre los hábitos alimenticios de algunas especies y confirman teorías sobre las dietas de otros. Los resultados, que formarán parte de la tesis doctoral de Bestwick, se presentaron en la reunión anual de la Asociación Paleontológica en Londres el 18 de diciembre.
Una sorpresa en el análisis hizo surgir preguntas sobre el pterosaurio Dimorphodon macronyx, que los investigadores supusieron que había cazado peces. El desgaste de los dientes del reptil ahora sugiere que en realidad se dio un festín con insectos y vertebrados terrestres.
Descubrimientos dentales
Aunque los pterosaurios existieron durante 150 millones de años, los fósiles completos son relativamente raros y el contenido intestinal se ha recuperado de solo cuatro especies. Eso significa que la mayoría de las hipótesis sobre las dietas de las especies han sido “poco más que especulaciones basadas en evidencia escasa”, dice Bestwick.
Él y sus colegas han examinado hasta ahora 11 especies de pterosaurios, observando muestras de dientes en instituciones como el Museo de Historia Natural de Londres y el Museo de Historia Natural de Berlín.
Utilizaron microscopios de enfoque infinito para crear imágenes en 3D del desgaste de los dientes. Luego usaron métodos estadísticos para observar patrones de desgaste en pterosaurios junto a los dientes de especies vivas de murciélagos, lagartos y cocodrilos que se sabe que comen insectos o peces y otros vertebrados. “Usamos eso como nuestro conjunto de datos proxy para proyectar el microwear de organismos extintos”, dice Bestwick.