¿Te imaginas enviar a la Luna una nave espacial del tamaño de una maleta de mano? ¿Para qué la usarías? Ese es el reto que la ESA planteó a los equipos europeos el año pasado y ya han sido elegidos los dos ganadores.

 

El proyecto Lunar Meteoroid Impact Orbiter, o Lumio, sobrevolará la cara oculta de la Luna para detectar destellos de impactos durante la noche lunar, localizando los bombardeos de meteoroides a medida que se producen.

 

Por su parte, el proyecto Lunar Volatile and Mineralogy Mapping Orbiter, o VVMO, se centrará en un cráter en sombra permanente cerca del polo sur para buscar depósitos de hielo de agua y otras sustancias volátiles de interés para futuras colonias, así como para medir la radiación lunar.

 

“Ha sido difícil elegir a los ganadores debido a la alta calidad de todos los estudios conceptuales recibidos, especialmente los cuatro semifinalistas”, explica Roger Walker, responsable de la tecnología CubeSat de la ESA.

 

Empresas, universidades y centros de investigación de toda Europa se unieron para diseñar misiones lunares acordes a los criterios de economía de los CubeSats, construidos a partir de cubos de 10 cm de lado.

 

Roger añade: “La idea subyacente a nuestra competición de CubeSats lunares constituía todo un desafío, ya que hasta ahora los CubeSats siempre han operado en la órbita terrestre. Sin embargo, en la próxima década van a surgir oportunidades de transporte combinado gracias a los viajes a la Luna de la nave Orion NASA-ESA y otros vuelos comerciales previstos”.

 

Los dos ganadores fueron elegidos una vez efectuadas las presentaciones finales en el centro multimedia avanzado de la ESA en el que se diseñan todas las misiones de la Agencia. Ahora trabajarán con especialistas de la ESA en el desarrollo de las misiones durante febrero y marzo.

 

La misión de seguimiento de impactos Lumio está formada por un único CubeSat de 12 unidades, concebido por un consorcio que incluye el Politecnico di Milano, la TU Delft, la EPFL, S[&]T Norway, Leonardo-Finmeccanica y la Universidad de Arizona.

 

Al orbitar un punto específico en el espacio, la sofisticada cámara óptica de Lumio detectaría impactos en la cara oculta de la Luna. Estos destellos en la cara visible son observados con telescopios terrestres durante la noche, pero la otra cara constituye un punto ciego.

 

Lejos de la luz parásita del entorno terrestre podrían detectarse destellos muy tenues, lo que mejoraría nuestra comprensión de los patrones de meteoroides pasados y presentes en todo el Sistema Solar. Un sistema de observación de este tipo también podría permitir desarrollar un sistema de alerta temprana para futuros colonos.

 

VMMO, desarrollado por MPB Communications Inc, el Centro Espacial de Surrey, la Universidad de Winnipeg y Lens R&D, también adopta el diseño de un CubeSat de 12 unidades. Su láser miniaturizado examinaría el cráter Shackleton, situado junto al polo sur lunar y que constituye el objetivo principal de la misión, para medir la presencia de hielo de agua. El interior del cráter se encuentra en oscuridad permanente, por lo que las moléculas de agua pueden condensarse y congelarse debido al enorme frío.

 

Con un barrido de 10 m de ancho, VMMO tardaría unos 260 días en generar un mapa de alta resolución del hielo de agua dentro del cráter de 20 km de diámetro. Su láser también transmitirá a la Tierra datos de gran ancho de banda a través de un experimento de comunicaciones ópticas.

 

Además, VMMO cartografiaría recursos lunares, como minerales, al sobrevolar las regiones iluminadas por el Sol y monitorizaría la distribución de hielo y otros componentes volátiles en zonas oscuras para llegar a entender la migración de los condensados por la superficie durante las dos semanas que dura la noche lunar.

 

Una segunda carga útil de detección de radiación generaría un modelo detallado del entorno de radiación, que podría aprovecharse por el hardware de misiones posteriores y por exploradores humanos.

 

“Esta competición, organizada por el programa de desafíos SysNova, ha facilitado la colaboración entre especialistas lunares y expertos en CubeSats —añade Ian Carnelli, de la ESA—. Esto significa que el sector espacial europeo debería estar mejor preparado para aprovechar las oportunidades que este tipo de vuelos ofrecerá en el futuro”.

 

Las misiones finalistas fueron MoonCARE, para el análisis de la radiación, y CLE, proyecto de radioastronomía para la cara oculta de la Luna. (Fuente: ESA)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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