El consumo excesivo de alcohol altera el balance funcional en el cerebro; desconecta las regiones corticales mientras aumenta su acoplamiento con regiones subcorticales como el estriado, importantes para la motivación, recompensa y el establecimiento de hábitos de conducta. Estas son las principales conclusiones de un estudio desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València en colaboración con el Instituto de Neurociencias de Alicante, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH-CSIC) (España).
El objetivo de este estudio, realizado en modelos animales, fue determinar las regiones cerebrales que más afectadas resultan por una ingesta excesiva de alcohol. Los investigadores analizaron también la evolución del tejido cerebral durante un periodo de abstinencia, así como tras el suministro de fármacos utilizados actualmente en terapias para tratar el alcoholismo.
“Los trastornos por consumo de alcohol constituyen un importante problema de salud pública. Comprender las alteraciones de la red cerebral resulta de gran importancia para diagnosticar y desarrollar estrategias de tratamiento lo más eficaces posibles”, apunta David Moratal, investigador del Centro de Biomateriales e Ingeniería Tisular (CBIT) de la Universitat Politècnica de València.
En su estudio, analizaron modelos con un consumo excesivo de alcohol, utilizando para ello imágenes de resonancia magnética funcional. “Nuestro objetivo era identificar alteraciones funcionales en redes cerebrales desencadenadas por el consumo de alcohol. Para ello, estudiamos la actividad cerebral antes de dicho consumo, después de un periodo prolongado consumiendo, y en estado de abstinencia”, apunta. Santiago Canals, del Instituto de Neurociencias de Alicante (UMH-CSIC).
Del análisis de las imágenes obtenidas por resonancia magnética concluyeron que la conectividad funcional en las redes corticales, motora-sensorial, parietal, retrosplenial y cíngulo prefrontal disminuye debido al consumo de alcohol, mientras que la conectividad entre la red prefrontal-cingulada y la estriatal aumenta de forma muy significativa.
“En general, nuestros resultados sugieren que la ingesta excesiva de alcohol disminuiría el control ejecutivo y la flexibilidad comportamental y aumentaría el establecimiento de hábitos y automatismos comportamentales”, añaden David Moratal y Santiago Canals, co-líderes de esta investigación.
Los resultados de este estudio fueron presentados en el marco de la Conferencia Internacional de la IEEE Engineering in Medicine and Biology Society, celebrada el pasado mes de julio en Corea del Sur. (Fuente: UPV)