Unos científicos han obtenido más pruebas de que el ejercicio físico mejora la salud del cerebro y que podría ser un recurso muy importante en la prevención de la enfermedad de Alzheimer.
En particular, los resultados del nuevo estudio llevado a cabo por el equipo de Kan Ding, del Instituto O’Donnell del Cerebro, perteneciente al Centro Médico del Sudoeste, de la Universidad de Texas en Estados Unidos, sugieren que cuanto más bajo es el nivel de aptitud física, más rápido es el deterioro de ciertas fibras nerviosas vitales en el cerebro. Este deterioro resulta en un declive cognitivo, que incluye problemas de memoria característicos de los pacientes con demencias típicas de la senilidad.
Esta investigación apoya la hipótesis de que la mejora de la forma física de las personas podría a su vez mejorar su salud cerebral y ralentizar el proceso de envejecimiento.
El estudio se centró en un tipo de tejido cerebral llamado materia blanca, que está compuesto por millones de haces de fibras nerviosas utilizadas por las neuronas para comunicarse por todo el cerebro. Podríamos decir que es esencialmente el “cableado” interno del cerebro.
El equipo de Ding reclutó pacientes de edad avanzada con un alto riesgo de desarrollar el Mal de Alzheimer. Las personas con este nivel de riesgo exhiben los primeros signos de pérdida de memoria, o deterioro cognitivo leve. Los investigadores determinaron que estar en baja forma física se correlacionaba proporcionalmente con una materia blanca más débil, lo que a su vez se correlacionaba con una funcionalidad cerebral inferior.
Los resultados del estudio se suman a los de una cantidad creciente de investigaciones que indican la necesidad de hacer con regularidad el suficiente ejercicio físico para que sirva como ayuda vital para la conservación de un buen nivel de salud.
Fuente:noticiasdelaciencia