Se calcula que solo una de cada mil galaxias masivas es una reliquia del Universo primitivo y conserva intactas las propiedades que tenía cuando se formó hace miles de millones años. Por eso, cuando los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna (ULL) (España) Michael Beasley e Ignacio Trujillo localizaron esta rara avis, solicitaron tiempo de observación con el Telescopio Espacial Hubble para observar los cúmulos globulares que la rodeaban y así confirmar lo que ya proponían los datos que habían logrado con telescopios terrestres.

 

Los cúmulos globulares son agrupaciones de estrellas que flotan alrededor de las galaxias y se formaron junto a éstas durante su nacimiento. Existen dos tipos de poblaciones de cúmulos globulares: los rojos, que nacen con las galaxias masivas, se encuentran cerca de su centro y tienen un alto contenido de elementos más pesados que el Helio; y los azules con menor porcentaje metálico y que se encuentran alrededor de las galaxias masivas como consecuencia de haber absorbido otras galaxias más pequeñas.

 

Analizar esos cúmulos facilita información sobre la historia de las galaxias. Los resultados de la investigación que publica hoy Nature han mostrado que la galaxia NGC 1277 solo posee los cúmulos globulares rojos que se formaron con ella en su nacimiento. Desde entonces, se ha mantenido inalterada.  “Los cúmulos globulares son piezas muy sensibles de la historia de formación de las galaxias”,  explica Michael Beasley, primer autor del artículo, quien también aclara que “es la primera vez que se observa una galaxia tan masiva con tan pocos cúmulos azules”.

 

La galaxia NGC 1277 está compuesta por un millón de millones de estrellas y recibe su nombre del Nuevo Catálogo General de Nebulosas y Cúmulos de Estrellas. Se encuentra en el área central del Cúmulo de Perseo, la mayor concentración de galaxias próxima a la Vía Láctea y su cercanía, a 70 megaparsec (225 millones de años luz), la convierte en el objeto ideal para analizar desde cerca una galaxia que ha permanecido intacta desde las edades más tempranas del Universo. “La galaxia, NGC 1277, nos ofrece una oportunidad única para estudiar una galaxia “primitiva” en el Universo Local”, añade Ignacio Trujillo, otro de los autores del artículo.

 

Cuando esta galaxia nació, creaba 1.000 estrellas al año, mientras que, por sus características, la Vía Láctea forma, en la actualidad, solo una estrella al año.

 

El motivo por el que los investigadores piensan que esta galaxia masiva ha mantenido su forma original y su composición intacta durante todo este tiempo es porque se formó como satélite de la galaxia central del cúmulo de Perseo, la cual absorbió cualquier material que podría haber caído sobre NGC 1277 y provocado que hubiese evolucionado de otra manera. Sin embargo, ahora orbita alrededor de esta a una velocidad de 1.000 kilómetros por segundo.

 

Los autores plantean pedir más tiempo del Telescopio Espacial Hubble, y en su sucesor, el Telescopio Espacial James Webb, para observar los sistemas de cúmulos globulares de más galaxias reliquias. (Fuente: IAC)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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