El mayor paracaídas jamás construido para una misión a Marte se desplegó durante la primera de una serie de pruebas preparatorias para la próxima misión ExoMars, que llevará un róver y una plataforma científica de superficie al Planeta Rojo.

 

El lanzamiento de la nave que los transportará está previsto para julio de 2020, y la llegada al planeta, para marzo de 2021. El robot explorador será el primero de su clase en perforar la superficie y determinar si hay indicios de vida en el subsuelo, protegidos de la destructiva radiación que afecta a la superficie en la actualidad.

 

Un módulo de transporte llevará el róver y la plataforma científica hasta Marte encapsulados en un aeroescudo común. Poco antes de llegar a la atmósfera, un módulo de descenso se separará del módulo de transporte, mientras que el escudo térmico, los paracaídas, propulsores y sistemas de amortiguación reducirán la velocidad para que amarticen sanos y salvos.

 

La última prueba, realizada a temperaturas bajo cero en Kiruna (Suecia) a principios de este mes, estuvo centrada en el segundo paracaídas principal, de 35 m de diámetro. Con ella se demostró el despliegue y el inflado del paracaídas con sus 112 líneas conectadas a un vehículo de prueba de caída gracias al despliegue de un paracaídas piloto menor, de 4,8 m de ancho.

 

El sistema completo del paracaídas, que alcanza unos 195 kg, se encuentra recogido en un contenedor dedicado. El segundo paracaídas principal, de 70 kg, se pliega de una forma específica con sus 5 km de cuerda, en un proceso que exige unos tres días de trabajo, para garantizar su adecuada extracción.

 

Un helicóptero izó el conjunto hasta 1,2 km de altura, donde se inició la secuencia una vez liberado el vehículo. Unos 12 segundos después de que el paracaídas piloto se inflara, se accionó el segundo paracaídas. Una serie de cámaras GoPro en el vehículo de prueba de 500 kg registraron el inflado del paracaídas, mientras que el equipo embarcado envió telemetría en tiempo real durante el descenso de dos minutos y medio hasta el suelo.

 

“El éxito del despliegue del gran paracaídas de ExoMars, usando un paracaídas piloto menor, y el posterior descenso estable y sin daños, constituyen un hito clave para el proyecto”, reconoce Thierry Blancquaert, de la ESA.

 

“Resultó emocionante ver cómo se abría ese gigantesco paracaídas y depositaba el módulo de prueba sobre la superficie nevada de Kiruna, y estamos deseando evaluar la secuencia de descenso completa durante las próximas pruebas de gran altitud”.

 

En esos ensayos, el equipo caerá desde un globo estratosférico a casi 30 km de altura para representar con mayor precisión la baja presión atmosférica de Marte, un aspecto clave al considerar el inflado de los paracaídas.

 

Durante pruebas posteriores también se estudiará la secuencia completa de despliegue, que comprende dos paracaídas principales, cada uno de ellos con su paracaídas piloto.

 

Este planteamiento de dos paracaídas resulta apropiado para el módulo de descenso de la misión ExoMars 2020, de unos 2.000 kg, mucho más pesado que el módulo de casi 600 kg de la misión anterior.

 

El primer paracaídas principal tiene 15 m de diámetro y es de tipo DGB (disc-gap-band), el mismo diseño empleado en la misión ExoMars 2016 y en la sonda Huygens de la ESA, que aterrizó en la luna saturniana Titán en 2005. Se abrirá mientras el módulo aún viaja a velocidad supersónica y será expulsado antes del despliegue del segundo paracaídas piloto y el segundo paracaídas principal, ya a velocidades subsónicas.

 

El segundo paracaídas principal presenta un diseño de anillos, que aumenta la resistencia a velocidades menores.

 

Durante la última fase del descenso se desechará el escudo térmico frontal del aeroescudo y se liberará la plataforma de aterrizaje para su descenso final. A continuación, la plataforma desplegará una serie de rampas para que el róver salga y comience su apasionante misión de exploración científica.

 

El róver recibirá órdenes y enviará sus datos científicos a la Tierra usando como relé el Satélite TGO de ExoMars, que llegó al Planeta Rojo en 2016 y que recientemente completó una campaña de aerofrenado de un año hasta alcanzar su órbita científica casi circular. Se trata de la nave más pesada en haber llegado jamás a órbita mediante esta técnica.

 

El principal objetivo del orbitador es buscar en la atmósfera gases traza, que podrían estar asociados a procesos biológicos o geológicos activos.

 

El programa ExoMars es una misión conjunta de la ESA y Roscosmos.

 

El ensayo de baja altitud del gran paracaídas fabricado por Arescosmo fue realizado por Vorticity Ltd en el centro Esrange de la Corporación Espacial Sueca. Estuvo supervisado por Thales Alenia Space Francia como responsable del sistema de ensamblado del paracaídas, Thales Alenia Space Italia como principal contratista de ExoMars, y la ESA. (Fuente: ESA)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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