Siempre escuchamos de los buenos hábitos que debemos formar, de cómo nuestras metas se cumplen gracias a lo que hacemos día a día y siempre esperamos, ahora sí, cambiar para bien. Pero en realidad, mucho de lo que se logra es gracias a lo que no hacemos, a lo que evitamos y de lo que nos deshacemos. Los malos hábitos son parte de nosotros desde hace tanto tiempo que ni siquiera los vemos como hábitos sino como algo más.
Debemos alejarnos de estos hábitos tóxicos para mejorar nuestra vida. Nos quitan tiempo, dinero, autoestima y nos sumergen en la incertidumbre. Tenemos que ser capaces de identificarlos y, mientras integramos, hábitos saludables que queremos adoptar, sacarlos poco a poco de nuestra vida. Como si se tratara de una droga, existen momentos en los que la abstinencia es abrumadora, pero sin duda, cuando dejamos de acostumbrarnos a ellos, parecen completos extraños que nunca más regresarán a nuestra vida.
Distracciones
La procastinación es uno de los peores hábitos de nuestra generación. Antes la gente no tenía toda la información a un clic de distancia y ahora que lo tenemos, destinamos nuestro tiempo en cuestiones inútiles en lugar de mejorar nuestro trabajo o terminarlo rápidamente.
Es elemental que trabajemos en ejercicios mentales que nos den la fuerza y voluntad para dejar de perder el tiempo y distraernos con cualquier cosa. Lee más, concéntrate, encuentra el placer en cumplir las tareas y no esperes que sea la procastinación la que te haga sentir bien.
Exceso de metas
Lo contrario a la procastinación, pero que resulta en un hábito inútil es el exceso de metas. Todos aprendemos a soñar en grande o irnos a casa, pero sin duda no podemos esperar hacer tres doctorados, escribir dos libros y publicar tres discos instrumentales en el mismo año. Debemos ser realistas con los objetivos, tal vez ir un poco más allá, pero tampoco debemos dejarnos llevar y creer que somos capaces de todo en esta vida. Recuerda que la expectativa es la madre de la decepción.
Ver televisión
Vivimos un renacimiento en la televisión. La llamada caja idiota ahora tiene tramas entrañables y de gran calidad, pero no podemos olvidar que al final del día somos personas pasivas ante las imágenes que vemos. Limita la cantidad de televisión que ves al día y sólo consume cosas de calidad que te ayuden a crecer intelectualmente. Ver la misma serie que acabó hace 15 años una y otra vez no te ayuda en nada más que en perder tiempo.
Mala alimentación
Muchos vivimos una vida sedentaria en la que comemos siempre que nos da hambre, por eso no desayunamos, comemos comida chatarra y antes de dormir nos llenamos de todo lo que hay en nuestro refrigerador. No creas que debes tomar el hábito de comer saludable, velo como dejar el mal hábito de comer algo que un día te puede matar.
Dejar las cosas a la mitad
Muchos tenemos inspiración durante la primera mitad, pero cuando las cosas se ponen difíciles, abandonamos la carrera. Tal vez hemos sido así toda la vida, pero eso no implica que esté bien. Crea un compromiso contigo y oblígate a terminar esa carrera, a regresar al gimnasio, a no renunciar por cualquier problema y a lograr el sueño de tu vida por más lejano que se vea.
Los malos hábitos siempre estarán entre nosotros, pero podemos romper algunos y esperar mejorar los otros. Algunos consejos para hacerlo es que te enfoques en un hábito a la vez, oblígate a seguirlo diariamente, encuentra los beneficios de romper con él y los uses para visualizar tu vida a futuro y date una recompensa cuando hagas alguna mejora.