Dos cuerpos pétreos, catalogados como asteroides, han hecho sendas visitas a la Tierra en las últimas semanas. Uno prosiguió su travesía espacial y el otro se desintegró en la atmósfera terrestre.
A mediados de mayo, 2010 WC9 pasó a unos 200.000 kilómetros de distancia de la Tierra, que es aproximadamente la mitad de la que separa a esta de la Luna. El diámetro medio de 2010 WC9 es de cerca de un centenar de metros. Este objeto fue descubierto el 30 de noviembre de 2010, mediante la red de observación astronómica Catalina Sky Survey. Esta red depende de la Universidad de Arizona en la ciudad estadounidense de Tucson, y recibe financiación de la NASA, en el marco del programa de observaciones de NEOs (asteroides y otros objetos cósmicos que pasan cerca de la Tierra) que lleva a cabo esta agencia espacial, en colaboración con la Universidad de Arizona.
En 2010, se hizo un seguimiento del asteroide durante una decena de días antes de que desapareciera de la vista. Los resultados de los cálculos orbitales hechos en 2010 permitieron descartar cualquier posibilidad de que el asteroide pudiera suponer una amenaza para nuestro planeta en 2018, pero no pudo predecirse de forma precisa la distancia del acercamiento máximo de este año, hasta que el asteroide fue detectado de nuevo, días antes de ese máximo acercamiento a nuestro planeta.
El otro cuerpo, 2018 LA, del tamaño de una roca, fue descubierto el 2 de junio de 2018 y se determinó que se hallaba en ruta de colisión con la Tierra, con un impacto previsto para apenas unas horas después. Se le detectó solo a corta distancia debido a lo pequeño de su tamaño, lo bastante como para desintegrarse en la atmósfera terrestre sin un impacto peligroso contra la superficie. Este cuerpo fue avistado por vez primera también por la red Catalina Sky Survey.
2018 LA entró en la atmósfera de la Tierra a la gran velocidad de 17 kilómetros por segundo, hacia las 16:44 UTC (6:44 de la tarde, hora local de Botsuana) y se desintegró a varios kilómetros por encima de la superficie, creando una gran bola de fuego que iluminó el cielo nocturno africano. El suceso fue contemplado por diversos observadores y grabado en video.