Unos análisis recientes de los restos óseos de un hombre del Mesolítico encontrados en una cueva de una isla croata ha puesto de manifiesto restos microscópicos de pescado y de vegetales en la placa dental de un diente, un descubrimiento pionero para este periodo y región.
El hallazgo lo ha efectuado el equipo de Harry Robson, de la Universidad de York en el Reino Unido, y Emanuela Cristiani, de la Universidad La Sapienza de Roma en Italia.
Los análisis anteriores de restos óseos del Mesolítico en esta región ya habían sugerido una dieta variada, que consistía en recursos alimentarios terrestres, de agua dulce y marinos, un conjunto no demasiado distinto al que integra la dieta mediterránea que es hoy típica de bastante gente de esta zona.
Se ha determinado que el esqueleto analizado data de finales del octavo milenio antes de Cristo.
A pesar de la falta de una sepultura, el hombre, que tenía una edad comprendida entre los 30 y los 40 años, fue probablemente enterrado ahí de forma intencionada.
El hallazgo de trazas de materia vegetal en el cálculo dental del individuo analizado sugiere que las plantas ricas en energía formaban parte de los hábitos dietéticos de los humanos de aquella época en la región.
En cuanto a las trazas de pescado, sugieren que los peces consumidos más habitualmente pudieron ser el atún, la caballa y la dorada, peces que hoy en día son muy consumidos por la población humana.
El consumo a largo plazo de recursos marinos es un hallazgo poco habitual para este periodo y región. Tal vez, el análisis dental de más esqueletos podría ayudar a averiguar si ello fue común en las dietas de un sector relativamente amplio de la población humana de aquella época y lugar, o por el contrario una rareza de unos pocos individuos incluyendo al ahora analizado.