Los diferentes trastornos psiquiátricos comparten un gran número de genes de susceptibilidad, mientras que en las patologías neurológicas no psiquiátricas —como el alzhéimer o el párkinson— la genética es mucho más específica, según un artículo publicado en la revista Science. En la nueva investigación —la más extensa y ambiciosa sobre factores genéticos compartidos en patologías del cerebro— participan los profesores Bru Cormand y Raquel Rabionet, de la Facultad de Biología, el Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB) y el Centro de investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD), en España, entre más de 500 expertos de países de todo el mundo.
La nueva investigación recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas —entre pacientes y voluntarios sanos—- que podrían ser factores de riesgo en 25 trastornos neurológicos y psiquiátricos (esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión mayor, TDAH, migraña, alzhéimer, etc).El trabajo abre nuevas fronteras en la investigación sobre las patologías que afectan al cerebro, y va mucho más allá de la descripción de factores de riesgo genético de interés en el ámbito de la psiquiatría. Por primera vez, la investigación perfila la base genética compartida entre trastornos psiquiátricos y patologías neurológicas no psiquiátricas (alzhéimer, párkinson, migraña, etc), y amplía el foco de interés a rasgos de personalidad que no son considerados trastornos clínicos (inestabilidad emocional, etc.) y parámetros cognitivos (el rendimiento escolar, por ejemplo).
Los expertos se han centrado en el análisis de variantes genéticas que son frecuentes en la población general —presentes en más del 1% de los individuos— pero que pueden dar lugar a patologías psiquiátricas o neurológicas en determinadas combinaciones. Las variantes estudiadas son las que afectan a cambios en un único nucleótido del ADN (SNPs), que son los más abundantes en el genoma humano. Tal como explica el investigador Bru Cormand, jefe del Grupo de Investigación de Neurogenética UB y miembro del IBUB, el CIBERER y el IRSJD, «este trabajo nos ayuda a determinar el peso que tienen las variantes genéticas frecuentes en la etiología de las enfermedades del cerebro: es decir, a caracterizar la arquitectura genética de estos trastornos y separar la base genética compartida de las especificidades de cada trastorno ».
El estudio confirma una fuerte correlación genética entre la esquizofrenia, el autismo, el trastorno bipolar, la depresión mayor y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ahora bien, en paralelo también revela que no hay solapamiento importante entre los factores de riesgo genético de los trastornos psiquiátricos y demás patologías neurológicas.
«Algunos trastornos neurológicos —apunta Bru Cormand— como la epilepsia, el ictus, la esclerosis múltiple, el párkinson o el alzhéimer, tienen bases genéticas muy diferenciadas entre sí y también en relación a los trastornos psiquiátricos. La única excepción es la migraña, un trastorno neurológico que comparte genética con varios trastornos psiquiátricos (por ejemplo, el TDAH, la depresión mayor o el Síndrome de Tourette)».
Otro de los elementos más innovadores es la correlación genética establecida entre algunos rasgos de la personalidad —como el neuroticismo, es decir, la inestabilidad emocional— con la mayoría de trastornos psiquiátricos y la migraña. En paralelo, se han estudiado también diferentes medidas cognitivas tomadas durante la infancia, «por ejemplo, los años de educación recibidos o el rendimiento escolar, que se relacionan positivamente con algunos trastornos psiquiátricos, como el trastorno bipolar o la anorexia , y negativamente con algunos trastornos neurológicos, como el Alzheimer o el ictus» revela la investigadora Raquel Rabionet (IBUB-IRSJD-CIBERER).
En el marco del estudio, los genotipos se han generado mediante plataformas de análisis genético a gran escala -estudios de asociación del genoma completo (GWAS), disponibles en España y muchos de los países implicados. «Los datos de partida son millones de genotipos de cientos de miles de individuos» recuerda Bru Cormand. «En este tipo de trabajos tan integradores, la principal dificultad radica en la armonización de los datos, al generar un conjunto de datos homogéneo que facilite los análisis posteriores. Por lo tanto es esencial aplicar controles de calidad muy rigurosos »
Durante años, la clasificación de las patologías psiquiátricas no siempre se ha basado en las causas reales de cada enfermedad por el gran desconocimiento sobre la etiología de estos trastornos. Conocer los genes concretos que están implicados en una patología es un avance para mejorar la clasificación (nosología), el diagnóstico y las estrategias terapéuticas frente a la enfermedad.
Hace tiempo que los estudios de gemelos y familiares han permitido determinar que los trastornos psiquiátricos tienen una base genética importante, a menudo superior al 50%. Ahora, gracias a los datos genéticos masivas, es posible identificar genes concretos implicados en estas patologías -el paisaje genético- y abordar la cuantificación del riesgo genético a partir de datos moleculares. Además, la tecnología aplicada permite hacer comparaciones entre trastornos, como es el caso del trabajo publicado en Science.
Encontrar coincidencias genéticas entre diferentes trastornos psiquiátricos indica que, muy probablemente, las fronteras clínicas actuales no reflejan procesos fisiopatológicos diferenciados, al menos a nivel genético. «Esto puede tener un impacto a nivel de tratamiento pero aún es pronto para saber cómo todo esto podrá incidir en la práctica en la elección de terapias. Sin embargo, si podemos emplear los nuevos datos para clasificar los trastornos en nuevos compartimentos basados en la biología subyacente, es probable que esto nos ayude a diseñar terapias más específicas y adecuadas» apuntan Cormand y Rabionet.
«De momento, quizá sería preciso adecuar las clasificaciones diagnósticas actuales en el ámbito de la psiquiatría. Esto no sería necesario en los trastornos neurológicos; en este caso, las fronteras son mucho más claras, tanto entre los diferentes cuadros como en relación a los trastornos psiquiátricos» detallan los expertos.
El trabajo también está firmado por expertos del Instituto de Investigación Vall d’Hebron (VHIR-UAB), el Centro de Regulación Genómica (CRG), el Hospital Universitario MútuaTerrassa, el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, el Instituto Catalán de la Salud (ICS), el Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas y la Universidad Internacional de Cataluña (UIC Barcelona), entre otras instituciones de todo el Estado. Este trabajo multicéntrico está impulsado por el Consorcio Brainstorm, y tiene al frente los expertos Verneri Anttila, Aiden Corvi y Ben Neale. Este consorcio internacional reúne a instituciones de prestigio relacionadas con la busca de enfermedades neurológicas y psiquiátricas, como el PGC (Psychiatric Genomics Consortium), el ISGC (International Stroke Genetics Consortium) o el IHGC (International Headache Genetics Consortium). (Fuente: U. Barcelona)