Un nuevo estudio, publicado en el American Journal of Obstetrics and Gynecology, presenta el primer diagnóstico molecular de la endometritis crónica, equivalente en sensibilidad y especificidad a las tres pruebas clásicas combinadas: histeroscopía, histología y microbiología clásicas.
La endometritis crónica es una inflamación persistente de la mucosa endometrial causada por patógenos bacterianos y, aunque suele ser asintomática, se encuentra en hasta el 40% de las mujeres infértiles y en el 66% de los casos de fallo repetido de implantación, además de en buena parte de los casos de aborto recurrente.
Este nuevo test llamado ALICE, desarrollado por la empresa Igenomix, se basa en la identificación de los nueve patógenos causantes de la endometritis crónica, como Enterobacteriaceae, Enterococcus, Streptococcus, Staphylococcus, Mycoplasma y Ureplasma.
“Nuestro objetivo era desarrollar un diagnóstico molecular que superara el sesgo de cualquiera de los tres métodos clásicos juntos, tanto por sí solos, como combinados”, explica Inmaculada Moreno, primera autora de esta investigación.
El trabajo se ha llevado a cabo en 65 pacientes diagnosticadas de endometritis crónica por las tres pruebas convencionales y ha demostrado su eficacia.
Recientes estudios publicados en revistas internacionales han demostrado la importancia que tiene el microbioma en el éxito reproductivo. Hasta hace poco tiempo se pensaba que el endometrio estaba libre de bacterias y, sin embargo, es un lugar de proliferación de algunas, lo que significaba un problema de infertilidad desconocido y, a veces, insalvable.
Conocer el microbioma endometrial de la mujer ha permitido dar un paso más en la mejora de los tratamientos, ya que permite determinar si las bacterias del endometrio son las adecuadas para que se produzca el embarazo.
El grupo de investigación de Igenomix encontró, a través de la secuenciación masiva y sobre una muestra de mujeres sanas, dos tipos de perfiles microbianos: dominado por Lactobacillus (LD) y no dominado por Lactobacillus (NLD); este último con una menor tasa de implantación y mayor tasa de abortos (60%).
“Tras el tratamiento de la flora (en caso de bacterias NLD) previo a la transferencia embrionaria, se puede conseguir un mayor éxito en las tasas de embarazo”, concluye Moreno. (Fuente: SINC)