La ingesta elevada de alimentos que proporcionan un aporte energético excesivo podría aumentar la densidad mamográfica, con el consecuente incremento en el riesgo de desarrollar un cáncer de mama, según las conclusiones de un estudio recientemente publicado en Maturitas, liderado por el Centro Nacional de Epidemiología y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) (España).

 

Para la realización de este estudio se utilizó DM-SCAN, software desarrollado por investigadores del Instituto Tecnológico de Informática de la Universitat Politècnica de València, la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO) y el Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (ISABIAL). Este software cuantifica de manera objetiva la densidad de la mama, un valor relacionado de forma directa con el riesgo de verse afectada por cáncer de mama.

 

La imagen mamográfica refleja variaciones en la composición del tejido mamario: las áreas más oscuras corresponden al tejido graso, mientras que las zonas más claras o densas representan el tejido fibroglandular. El término “densidad mamográfica” se refiere al porcentaje de la mamografía compuesto por tejido radiológicamente denso, y constituye un importante factor de riesgo para desarrollar un cáncer de mama.

 

Dado que la densidad mamográfica se puede modificar, resulta de vital importancia identificar qué factores relacionados con los estilos de vida se asocian a dicha modificación. El estudio DDM-Spain, impulsado por CIBERESP con la colaboración de 7 programas de cribado de cáncer de mama españoles, trata de identificar estos factores.

 

 

“Existe fuerte evidencia de que la obesidad y la ganancia de peso son importantes factores de riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas. Sin embargo, la evidencia respecto a la restricción calórica es menos consistente”, explica la científica Virginia Lope.

 

En estudios experimentales con animales se ha observado que la limitación de la ganancia de peso por restricción calórica ejerce un efecto protector frente al cáncer de la glándula mamaria. En el presente estudio se trató de evaluar la asociación entre la densidad mamográfica y el consumo deficitario o excesivo de calorías en función del tamaño corporal, la actividad física y la tasa metabólica basal de cada mujer participante.

 

Para la realización del estudio se reclutaron 3.517 mujeres, de entre 45 y 68 años, procedentes de los programas de cribado de cáncer de mama de A Coruña, Barcelona, Burgos, Palma, Pamplona, Valencia y Zaragoza.

 

Dichas mujeres proporcionaron información sobre su consumo de alimentos y otros hábitos de vida, así como información relevante para el estudio. Las mujeres fueron entrevistadas en el propio centro de cribado donde se realizaron la mamografía, la cual fue utilizada posteriormente para medir la densidad mamográfica.

 

“Los resultados muestran que las mujeres con una ingesta calórica superior a la esperada, de acuerdo a sus necesidades energéticas individuales, presentaron una mayor densidad mamaria, siendo este aumento mayor cuando el consumo calórico excedía el 40% de los valores esperados”, señala Lope.

 

Los investigadores también observaron que la densidad mamaria aumentaba un 5% por cada incremento de un 20% en la ingesta calórica relativa, y que dicha tendencia fue especialmente pronunciada entre las mujeres nulíparas, en mujeres con historia familiar de cáncer de mama y entre aquellas con un patrón de dieta más occidental. Por el contrario, la restricción calórica no pareció tener ninguna influencia sobre la densidad mamográfica de las mujeres participantes.

 

Hasta la fecha, este es el primer estudio que analiza el efecto del consumo excesivo o deficitario de calorías sobre la densidad mamográfica teniendo en cuenta los requerimientos energéticos individuales de cada mujer.

 

Aunque las conclusiones apuntan a que la sobrealimentación podría estar detrás de un aumento de la densidad mamaria, los autores advierten que son necesarios estudios más potentes para confirmar dicho hallazgo.

 

La mama está compuesta básicamente de tejido adiposo y tejido fibroglandular; la densidad es la proporción de este último en relación con el tamaño de la mama. DM-SCAN cuantifica este valor, diferenciando el tejido denso del graso.

 

Ofrece así una medida continua y más objetiva que la que los médicos dan en la actualidad, basada en una inspección visual. Se trata, por tanto, de una nueva ayuda para la estimación del riesgo de padecer cáncer de mama. (Fuente: UPV/DICYT)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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