El satélite Integral de la ESA lleva desde 2002 buscando alrededor de nuestro planeta signos de radiación de alta energía mediante la observación de partículas expulsadas por fenómenos extremos como agujeros negros, estrellas de neutrones y supernovas. El 10 de noviembre de 2015, la sonda encontró por casualidad algo especialmente interesante, y cerca de casa: unas intensas auroras serpenteando alrededor del polo norte.

 

Este fotograma es parte de una secuencia de imágenes mayor y muestra cómo las auroras forman un semicírculo en las latitudes septentrionales. Estas auroras se vieron por primera vez en el este de Siberia y el norte de Japón hacia las 11:00 GMT y, más tarde, se extendieron por un área mayor al otro lado del planeta, sobre Canadá y Groenlandia.

 

Cuando detectó esta aurora, Integral estaba preparándose para la investigación astronómica: la sonda tenía previsto observar el firmamento en longitudes de onda de rayos X para medir el fondo cósmico de rayos X, un nivel de radiación difusa que impregna el cosmos y está asociado a eventos de alta energía como la absorción por parte de agujeros negros de material circundante en galaxias lejanas. Esta radiación de fondo es sutil y complicada de detectar y, en este caso, las potentes e inesperadas auroras que iluminaron la Tierra lo dificultaron aún más.

 

No obstante, las observaciones se aprovecharon de otro modo. Aunque se las conoce sobre todo por el espectáculo visual que ofrecen, las auroras nos dicen mucho sobre el espacio que rodea nuestro planeta. Se forman cuando partículas de viento solar acceden a las capas superiores de la atmósfera e interactúan con la materia presente, desencadenando emisiones luminosas que llenan el cielo con los característicos velos de colores iridiscentes.

 

Las auroras son fenómenos transitorios y difíciles de predecir, por lo que capturar un ejemplo de tal intensidad con Integral ha ayudado a los científicos a comprender mejor la distribución y la cantidad de partículas cargadas que rodean la Tierra y a caracterizar la interacción entre el Sol y nuestra magnetosfera, la región del espacio dominada por el campo magnético terrestre. Aquí se puede obtener más información sobre las observaciones, de las que se informó en 2016.

 

Integral capturó las imágenes en rayos X con el instrumento IBIS a intervalos de unos ocho minutos. El tamaño, la orientación y la posición de nuestro planeta en el encuadre cambia de una imagen a la siguiente según la posición de Integral. Efectivamente, el satélite se desplaza por una órbita altamente excéntrica de 64 horas, por lo que llega a acercarse hasta a 10.000 km y a alejarse hasta a 140.000 km de distancia de la Tierra. (Fuente: ESA)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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