Está ubicada en el extremo sur de América, continente del que está separada por el estrecho de Magallanes. Por superficie, es la 29.ª isla del mundo y la mayor, con diferencia, de las islas del gran archipiélago fueguino.
Solo el 30 % de la isla está cubierto por bosques los que pertenecen a la provincia fitogeográfica subantártica.
En los bosques de Tierra del Fuego se pueden encontrar 7 especies de árboles: canelo , el ciprés de las Guaitecas (Pilgerodendron uviferum) —la conífera más austral del mundo—, notro (Embothrium coccineum), y 3 especies de hayas australes; ñirre Nothofagus antarctica, lenga Nothofagus pumilio y el siempreverde coigüe de Magallanes Nothofagus betuloides. En los espacios abiertos de estos bosques crecen ciertos tipos de plantas con frutos comestibles, es el caso de la fresa (Fragaria chiloensis var. chiloensis f. chiloensis) y calafate (Berberis buxifolia), que fueron y son recolectadas por los originarios y campesinos respectivamente.
El clima en esta región es bastante inhóspito.
Es subpolar oceánico (clasificación climática de Köppen Cfc) con cortos y frescos veranos y largos, húmedos y moderados inviernos: el nordeste se caracteriza por fuertes vientos y poca precipitación; en el sur y oeste es muy ventoso, brumoso y húmedo la mayor parte del año y son pocos los días del año sin lluvia, aguanieve, granizo o nieve.
¿Por qué se llama así?
Pese a lo que se pueda pensar, el origen del nombre de Tierra del Fuego no procede de la presencia de volcanes en la zona. En realidad, esta denominación se debe a los navegantes europeos que llegaron a este territorio entorno al siglo XVI.
Este archipiélago estaba originalmente habitado por diversas tribus precolombinas. De hecho, hay testimonios arqueológicos de que la zona estuvo poblada desde hace más de 10.000 años, por lo que se puede asegurar que la presencia humana en la región es muy antigua. Algunas de las tribus que poblaban esta región durante la llegada de los navegantes europeos eran los yaganes, los kawésqar y los patagonios, entre otros. Estos pueblos estaban bastante bien adaptados al clima de la zona, especialmente al frío que caracteriza toda la región. Sin embargo, a pesar de este frío constante, tenían la costumbre de no llevar apenas ropa. Esto hacía que estos pueblos precolombinos hubiesen adquirido la costumbre de encender muchas hogueras para calentarse. De hecho, era habitual que llevasen pequeñas hogueras incluso sobre las canoas o embarcaciones que usaban para moverse entre las diferentes islas.
Cuando los navegantes europeos llegaron a la región, una de las cosas que más les sorprendió fue la elevaba presencia de columnas de humo. Consecuencia lógica de la abundancia de estas hogueras que los pueblos originales utilizaban para mantenerse calientes. De hecho, se atribuye a la expedición de Fernando de Magallanes que alcanzó la región en agosto de 1520 el nombre de “Tierra de Humos”, que fue la denominación que le dieron a la zona como consecuencia de la abundancia de columnas de humo que había en la zona. Más adelante, este nombre se popularizaría, denominando de forma genérica al archipiélago del sur del continente americano.
Finalmente, sería el propio rey español Carlos I el que modificaría el nombre, cambiándolo de “Tierra de Humos” por el de “Tierra del Fuego”. Este nombre se popularizó nuevamente y, al final, sería el nombre con el que se conocería a toda la región. Así pues, ante la pregunta de por qué la Tierra del Fuego se llama así la respuesta es que hace referencia a la multitud de hogueras que hacían los pueblos originarios de la zona para protegerse del frío.