Charlie, el prototipo de róver de ExoMars (en primer plano), disfruta de la puesta de sol tras una semana de ensayos. Las dos primeras pruebas de campo de la misión, denominadas ExoFit, tuvieron lugar en el desierto de Tabernas (España) entre el 13 y el 26 de octubre.
Aunque Charlie se encontraba en España, los operadores de la misión y los científicos de los instrumentos estaban a más de mil kilómetros, en el control de la misión en Harwell (Reino Unido), cerca del centro ECSAT de la ESA, desde donde se gestionaban los ensayos de ExoFit. La lejanía era un factor clave, ya que los equipos que manejan robots sobre la superficie de Marte deben lidiar con capacidades de comunicación limitadas y llevar a cabo las operaciones científicas con muy poca información disponible. El propio vehículo está diseñado para llevar a cabo actividades, como itinerarios u observaciones, a pesar de los cortes en la comunicación y para enviar datos a la Tierra como preparación para el siguiente día marciano.
Durante los diez días de pruebas, el equipo practicó la salida del vehículo de su plataforma de aterrizaje (en el fondo de la imagen), el estudio de lugares de interés y la toma de muestra de rocas. Las decisiones se tomaron a partir de los datos transmitidos por el róver y de mapas del terreno.
Como es lógico, el equipo tuvo dificultades técnicas, algo esperable en condiciones reales. La lluvia interrumpió el desarrollo de las pruebas y obligó al equipo a adaptarse y a optimizar su tiempo. Durante la segunda semana, el equipo tuvo que finalizar las actividades programadas para dos días marcianos en uno solo.
En general, los distintos escenarios permitieron probar su instrumento de radar, la cámara para acercamiento visual, el sistema panorámico del mástil y el taladro, y llevar a cabo ensayos más específicos con el fin de replicar lo que sucederá en la superficie marciana. Una vez en el Planeta Rojo, el róver efectuará perforaciones para buscar signos de vida en el subsuelo.
Durante estos estudios de simulación se aprende mucho, se terminan de adaptar los equipos y se entrena a los especialistas de la misión. Los problemas surgidos en las pruebas en campo volverán a estudiarse y comprobarse en una segunda campaña de campo, en la que el róver se someterá a operaciones autónomas más complejas.
Prevista para febrero de 2019, esta segunda campaña tendrá lugar en el desierto de Atacama (Chile). Se trata de uno de los lugares de la Tierra más parecidos a Marte. Otras de sus ventajas frente al desierto de Tabernas son la sequedad del clima y la cercanía del Observatorio Paranal, operado por el Observatorio Europeo Austral.
Las dificultades operativas observadas proporcionarán información muy valiosa para el róver de ExoMars y otros robots planetarios, como el Vehículo de Recogida de Muestras (SFR) de la Misión de Retorno de Muestras de Marte de la NASA-ESA, que actualmente se encuentra en fase conceptual. La ESA está trabajando con sus socios internacionales para hacer realidad su visión de una Europa con un peso cada vez mayor en la exploración espacial. (Fuente: ESA)