Valérie Théoret, una profesora de 37 años, salió de paseo por el bosque con su hija de diez meses, llamada Adèle, cuando el animal se cruzó en su camino. Sus restos fueron encontrados por la pareja de Théoret, y padre de la niña, no muy lejos de su casa, situada en la orilla del lago Einarson, a unos 400 kilómetros al noreste de Whitehorse, la capital del territorio canadiense de Yokon, en el noroeste del país.
Justo después de su llegada al lugar del fallecimiento, el hombre se enfrentó a un oso grizzly que mató con arma de fuego, ya que el animal intentó abalanzarse sobre él.
La Gendarmería Real (GRC, policía federal) y el instituto médico-legal confirmaron en un comunicado haber abierto una investigación por un “aparente ataque de oso”.
Los amigos de la pareja de canadienses les han descrito en las redes sociales como personas acostumbradas a los grandes espacios salvajes. Se habían instalado en ese chalet para disfrutar de la baja por maternidad de Théoret, que era profesora en una escuela de Whitehouse.
Se trata de la tercera agresión mortal de un oso en Canadá en lo que vamos de año. A finales de agosto, fue un cazador, qu había salido con dos amigos para cazar caribús y narvales en el Ártico, quien perdió la vida, después de ser atacado por un oso polar en la orilla de la bahía de Hudson. A principios de julio, otro habitante del territorio de Nunavut fue asesinado por un oso polar, cuando protegía a sus hijos.
El cambio climático de dos a tres veces más pronunciado en el Ártico que en otras zonas del planeta, y los biólogos señalan su efecto en el hábitat natural para explicar que los osos grizzly y los polares se alejen de sus lugares tradicionales de vida.
Fuente: abc.es