Investigadores del Laboratorio de Adhesión y Adhesivos de la Universidad de Alicante (UA) (España) han desarrollado y patentado un adhesivo capaz de pegarse a la piel con una ligera presión. Además de ofrecer una gran tolerancia, este nuevo poliuretano no deja residuos y puede ser retirado sin dolor enfriando ligeramente la zona.
Biocompatible y transparente, este avance en el sector de los biomateriales está pensado para productos médicos aunque también tiene unas propiedades excelentes para el etiquetado y transporte de mercancías o alimentos refrigerados.
“Nuestro principal objetivo ha sido desarrollar un material similar al de las tiritas o vendajes con la propiedad de pegarse a la temperatura de la piel, unos 37°C. Al enfriarlo a temperatura ambiente, 20-25°C, se elimina sin ningún tipo de esfuerzo ni tirones”, señalan los creadores del nuevo adhesivo, los investigadores Mónica Fuensanta y José Miguel Martín. Su gran potencial radica en evitar a los pacientes las molestias habituales al desprender vendajes y apósitos quirúrgicos.
En el sector sanitario el uso de poliuretano está muy extendido por su gran compatibilidad con los tejidos humanos, pero su principal inconveniente es su escaso nivel de pegajosidad. Gracias al trabajo de los investigadores de la Universidad de Alicante se ha superado esta barrera obteniendo un adhesivo inteligente, sensible a la presión y que puede ser adaptado a las necesidades de aplicación en distintos sectores.
“Existe un buen número de adhesivos sensibles a la presión en el mercado pero todos ellos requieren de aditivos. El adhesivo desarrollando en la UA no requiere de ninguna sustancia añadida porque la estructura del poliuretano se determina a través de su formulación”, explican los investigadores.
La principal característica del material es que variando ligeramente la composición y condiciones de síntesis se obtienen adhesivos con índices de pegajosidad concretos que operan en unos rangos de temperatura cortos y determinados. “Mediante unas formulaciones sencillas hemos sido capaces de cambiar el rango de temperatura en el que se produce el pegado”, dice José Miguel Martín.
En concreto, se han optimizado formulaciones en distintos rangos. El primero, entre 10°C y 39°C, focalizando el punto óptimo de adhesión a 37°C, y una menor o nula adhesión a una temperatura inferior a 25°C. Parámetros ideales para su uso en contacto con la piel en el ámbito médico y farmacológico.
El segundo, entre 5°C y 20°C, para aplicaciones especiales como el etiquetado y transporte de mercancías a temperatura ambiente (alimentos frescos, bebidas…). Y, por último, entre -10°C y 5°C, para el transporte de mercancías refrigeradas.
“Muchos de los productos que consumimos habitualmente deben operar en condiciones de temperatura muy concretas. El buen estado del etiquetado puede ser un indicador de que el paquete ha mantenido las condiciones de temperatura preestablecidas a lo largo del tiempo”, destaca Mónica Fuensanta. (Fuente: Universidad de Alicante)