Se espera que haya por los menos siete eventos de este tipo, según la tabla de información sobre eclipses de la NASA y el Observatorio Naval de Estados Unidos.

Un eclipse tiene lugar cuando un cuerpo celestial, como una luna o un planeta, se mueve hacia la sombra de otro cuerpo celestial. Hay dos tipos de eclipses en la Tierra: un eclipse de luna y un eclipse de sol.

En un eclipse lunar la luna se mueve en una órbita alrededor de la Tierra, y al mismo tiempo, la Tierra orbita alrededor del Sol. A veces la Tierra se mueve entre el sol y la luna. Cuando esto sucede, la Tierra bloquea la luz solar que normalmente es reflejada por la luna. (Esta luz solar es lo que hace que la luna brille). En lugar de que la luz toque la superficie de la luna, la sombra de la Tierra cae sobre ella.

En cambio, cuando la luna orbita la Tierra, se mueve entre el Sol y la Tierra. Cuando esto sucede, la luna bloquea la luz del sol para que no llegue a la Tierra. Esto provoca un eclipse de sol, o eclipse solar. Durante un eclipse solar, la luna proyecta una sombra sobre la Tierra.

Y de acuerdo con la NASA, 2019 estará lleno de ellos. Este calendario astronómico se obtuvo gracias al Observatorio Naval de EE. UU, la Sociedad Americana de Meteoros y la NASA.

Estas son las posibles fechas de eclipses (tanto solares como lunares):

6 de enero: eclipse solar parcial

21 de enero: superluna roja del lobo

6 de mayo: lluvia de meteoros de Eta Aquaris

2 de julio: eclipse solar total

16 de julio: eclipse lunar parcial

11 de noviembre: tránsito de Mercurio

26 de diciembre: eclipse solar anular

La mayor incertidumbre en las predicciones de eclipse es causada por las fluctuaciones en la rotación de la Tierra debido principalmente a la fricción de la Marea, por eso estas fechas son aproximadas.

Hace cientos de años, cuando las personas observaron la luna durante un eclipse, descubrieron que la forma de la Tierra es redonda. Incluso después de todos estos años, los científicos aún están aprendiendo sobre la luna a partir de los eclipses lunares. En diciembre de 2011, el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA recopiló datos sobre la rapidez con que el lado diurno de la luna (el lado que siempre mira hacia la Tierra) se enfría durante un eclipse lunar. La NASA puede aprender de qué se compone la superficie de la luna a partir de estos datos. Si un área de la superficie lunar es plana, se enfriará rápidamente. Los científicos usan estos datos para saber qué áreas de la luna son planas y cuáles no.

La NASA también estudia los eclipses solares. Los científicos usan los eclipses solares como una oportunidad para estudiar la corona del sol. La corona es la capa superior del sol. Durante un eclipse anular, la NASA usa instrumentos terrestres y espaciales para ver la corona cuando la luna bloquea el resplandor del sol.

Fuente: elespectador.com

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