En Chile, el Informe de Vigilancia de Infecciones Asociadas a la Atención en Salud reveló que sólo en 2016 se registraron más de 7.000 infecciones intrahospitalarias. Con 76 brotes epidémicos reportados en el país, la bacteria Staphilococcus aureus fue la causante del 84% de las infecciones en heridas operatorias en adultos, del 33% en cesáreas y del 20% de las neumonías en pacientes con ventilación mecánica. Una de las claves para frenarlas podría estar en la generación nanopartículas compuestas, reveló una investigación del Centro de Investigación en Polímeros Avanzados, CIPA, desarrollada en Concepción, Chile.
Dicho estudio es llevado adelante por el Dr. Varaprasad Kokkarachedu, quien trabaja en CIPA desde 2014 diseñando y desarrollando nanomateriales para aplicaciones biomédicas. “Mi interés es usar métodos simples para desarrollar nuevos materiales antimicrobianos a menor costo y que tengan gran efectividad, lo que es muy útil en las aplicaciones médicas”, expresa.
Justamente, realizar investigación relacionada con la resistencia antimicrobiana es una de las líneas estratégicas de la política implementada en Chile desde el 2017 para abordar las infecciones intrahospitalarias. Consideradas uno de los grandes problemas de la salud pública, tanto por el riesgo para la vida como por los recursos que implica su abordaje, hoy el desafío está en su prevención.
La investigación de Kokkarachedu tiene relación con la síntesis de nanopartículas por un núcleo de óxido de zinc cubierto por óxido de cobre. Las partículas de óxido de zinc son reconocidas por su estabilidad, alta bioseguridad, excelentes propiedades antibacterianas y porque su desarrollo permite múltiples aplicaciones. Además, el óxido de cobre es una sustancia económica y de fácil disponibilidad, cuyos iones pueden ingresar en las bacterias y alterar su función enzimática, produciendo su muerte.
Las aplicaciones de esta tecnología son múltiples y variadas: pueden ser incorporadas a dispositivos médicos, superficies antimicrobianas, textiles bactericidas y en la infraestructura hospitalaria; ya que ha probado ser efectiva contra la bacteria Staphilococcus aureus.
“Las nanopartículas que trabajamos tienen multifuncionalidades que inhiben las bacterias. Además, lo hacen más rápido en comparación con la forma tradicional (las partículas por separado) y la estabilidad de las nanopartículas se sostiene por períodos más largos de tiempo”, explica el investigador de CIPA.
Un beneficio de esta tecnología es la potencial disminución de la resistencia a los antibióticos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el 2050 más de 10 millones de personas morirán al año producto de bacterias que no ceden ante el uso de antibióticos. Esta situación puede poner en jaque a la medicina moderna, ya que cualquier cirugía, por muy simple que parezca, puede ser de alto riesgo si las bacterias logran invadir el organismo sin control; algo que liga este problema con el relacionado a las infecciones hospitalarias.
Se reconocen varias razones para la resistencia a los antibióticos. Uno es el uso indiscriminado de estos medicamentos, tanto a nivel humano como animal, donde hay estudios que indican que la gran cantidad de antibióticos utilizada en la industria salmonera puede representar un problema para la salud de las personas. Otros son los diagnósticos erróneos, la automedicación o no seguir la prescripción de manera correcta; situaciones que pueden significar que las bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos. En Chile incluso se han registrado muertes por gonorrea que no pudieron ser controladas.
Es en este escenario, herramientas que permitan contrarrestar la acción de microorganismos, como la innovación creada en CIPA, se presenta como un camino a la solución. Esto debido a que su aplicación en revestimientos hospitalarios o incluso en transportes públicos, puede enfrentar el problema antes que se geste la enfermedad.
“Hoy en día nos encontramos en la etapa de investigación y desarrollo. Esperamos validar a la brevedad dispositivos que contengan el principio activo de estas partículas, buscando que se generen impactos sobre la calidad de vida de las personas” señala el director de CIPA, Claudio Toro, y agrega que “desde CIPA esperamos que esta línea de trabajo contribuya a generar alternativas tecnológicas reales, que ayuden al sector salud a incrementar la prevención”. (Fuente: CIPA / DICYT)