La sonda china Chang’e-4 se posó con éxito en un lugar de la cara oculta de la Luna el pasado 3 de enero. El vehículo, en órbita alrededor del satélite desde el 12 de diciembre, redujo su distancia mínima respecto a la superficie (15 por 100 km) el 30 de diciembre, preparándose para el aterrizaje.
La maniobra de descenso se realizó conforme a lo esperado. La nave utilizó su instrumental para examinar la zona de alunizaje, ya que disponía de la capacidad de buscar el punto más apropiado para tocar tierra. Finalmente, a unos 4 metros de altitud, apagó sus motores y se posó suavemente en las cercanías del cráter Von Kármán, en la región Polo Sur-Aitken.
La nave envió inmediatamente imágenes a la Tierra, usando el satélite Queqiao como repetidor. Poco después, se activó el descenso a tierra del robot móvil Yutu-2, de 140 kg de peso, que se situó cerca de la sonda de aterrizaje y obtuvo las primeras imágenes.
Durante los próximos días, los dos vehículos iniciarán su vida útil científica. El tomatierras dispone de siete instrumentos, incluyendo cámaras, que, alimentadas por la energía proporcionada por un generador RTG, deberán operar durante al menos tres meses. Por su parte, el Yutu-2 posee un panel solar. Enviará fotografías y video en tiempo real desde la superficie, mientras sus conductores en la Tierra lo dirigen hacia los diferentes objetivos científicos. Se estudiará el suelo, el entorno de radiación, las temperaturas, etc.