El misterioso brillo verde en el extremo superior de esta imagen revela la presencia de 46P/Wirtanen, un cometa relativamente pequeño, pues su diámetro está estimado en 1,2 kilómetros. Si la historia hubiera tomado otro rumbo, dispondríamos de mucho más que meras estimaciones sobre este cometa de la familia de Júpiter.
46P/Wirtanen, que da una vuelta completa al Sol cada 5,4 años, era el destino inicial de la sonda Rosetta de la ESA. Sin embargo, como la ventana de lanzamiento original se perdió, fue el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko quien alcanzó la fama por ser el primero en recibir la visita de una nave y una sonda humanas.
Esta semana hará cinco años que Rosetta despertó, el 19 de enero de 2014, tras 31 meses de hibernación en el espacio profundo. Cuando la nave llamó a casa para confirmar que todo iba bien y que había sobrevivido al tramo más alejado de su viaje, fue uno de los momentos más emocionantes para la científicos y operadores de la misión en la Tierra.
La reciente visita de 46P/Wirtanen nos recuerda el espectacular logro que supuso la misión Rosetta, la naturaleza dinámica de la exploración espacial y la flexibilidad de los equipos de la misión, que cambiaron sin problemas un cometa verde y remoto del Sistema Solar por otro con forma de patito de goma.
Esta impresionante fotografía es obra de Ollie Taylor, que la tomó desde la famosa roca conocida como “Durdle Door” en la Costa Jurásica de Dorset (Reino Unido), la noche del 9 de diciembre de 2018. (Fuente: ESA)