La parafimosis es una condición médica en la que el prepucio queda retraído por detrás del glande y no puede retomar su posición original, creando una obstrucción en el flujo sanguíneo.
¿Por qué se produce?
Hay varias situaciones que pueden determinar esta condición médica. Las más frecuentes son las siguientes:
- Desarrollo incompleto. Como es el caso de los bebés.
- Retracción forzada del prepucio que forma una cicatriz fibrosa.
- Prepucio estrecho con mayor facilidad de estancarse.
- Circuncisión incompleta.
- Traumatismo de pene.
- Infección por falta de higiene, cuerpo extraño (piercings), etc.
Signos y síntomas .
Como es lógico, la incapacidad a la hora de retraer el prepucio es el signo clave. El paciente experimenta dolor e hinchazón si se fuerza esta maniobra. Si es una parafimosis mantenida, la sangre se acumula y la piel adquiere una coloración azulada por la obstrucción del flujo de sangre.
No obstante, al ser una patología tan evidente suele tratarse a tiempo. En nuestro medio, es raro que un paciente acuda a urgencias con una gangrena avanzada dado que es extremadamente doloroso para él.
El diagnóstico es muy sencillo, ya que basta con realizar un examen físico del pene. No es necesario realizar ninguna otra prueba, por lo que el tratamiento puede iniciarse de inmediato. La clínica y los resultados de la exploración permiten que la fiabilidad del diagnóstico sea muy elevada.
Tratamiento .
El tratamiento depende del grado de estrangulamiento del glande. Si es una fase inicial de la patología, suele ser suficiente con presionar el glande mientras se devuelve el prepucio a su sitio.
Para facilitar el proceso, se administran analgésicos y se aplica hielo en la zona inflamada. Si a pesar de todo la hinchazón continúa, se facilitará el drenaje de la sangre con una aguja o creando un gradiente de presión que facilite que la sangre del pene retorne mediante una venda apretada.
También puede practicarse un pequeño corte en la zona de prepucio retraído que lo libere. Este procedimiento se conoce como hendidura dorsal, ya que libera el prepucio y permite que pueda colocarse de nuevo.
En el caso de que el estrangulamiento esté más establecido, la opción más común suele ser la cirugía. La circuncisión es una técnica quirúrgica que tiene el objetivo de eliminar el prepucio.
Al eliminar la piel que recubre el glande, este queda al descubierto y no puede volver a producirse la parafimosis. Sin embargo, hay que asegurarse de que el prepucio se retira por completo para evitar que se formen cicatrices después de la operación que tiren del glande.
Además, si el paciente presenta infección, hay que iniciar una pauta antibiótica cuanto antes. En el peor de los casos, si la infección está muy extendida, es necesario drenar el pus y aplicar pomada antibiótica.