En la imagen vemos la nave de Solar Orbiter, que actualmente se está sometiendo a una batería de pruebas en las instalaciones de IABG en Ottobrunn (Alemania), antes de su lanzamiento previsto para febrero de 2020.
Solar Orbiter, seleccionada en 2011 como primera misión de clase intermedia del programa Cosmic Vision de la ESA, realizará observaciones inéditas a corta distancia del Sol. La nave transportará un conjunto de diez instrumentos avanzados para estudiar la superficie turbulenta, y en ocasiones violenta, del Sol. También examinará los cambios producidos en el viento solar que escapa a gran velocidad de nuestra estrella.
La órbita única de Solar Orbiter permitirá a los científicos estudiar nuestra estrella progenitora y su corona con mucho más detalle de lo que era posible hasta ahora, así como observar fenómenos específicos durante periodos más prolongados que ninguna nave que circunvala la Tierra. Además, medirá el viento solar cerca del Sol, en un estado prácticamente prístino, y ofrecerá imágenes en alta resolución de las regiones polares del Sol, aún inexploradas.
Tras la fase preliminar de definición y diseño, la misión comenzó su integración y cualificación en 2016. Esta fase incluyó las pruebas medioambientales de la nave y la validación de todos los sistemas y subsistemas de la misión.
La primera fase de la campaña de pruebas medioambientales de Solar Orbiter se llevó a cabo en la cámara de vacío térmico especial de IABG en diciembre de 2018. Dentro de la cámara, unas potentes lámparas producen un haz que simula la radiación solar para demostrar si la nave puede soportar las temperaturas extremas que experimentará cerca del Sol.
Esta fotografía fue tomada con una cámara de infrarrojos. Los colores indican las temperaturas de la superficie de la nave, correspondientes a la gama indicada en la barra cromática de la derecha. Durante la prueba de vacío térmico de la nave, el haz solar se empleó a su flujo máximo, de unos 1.800 W/m2, alcanzando temperaturas de hasta 107,6 ºC. El escudo térmico que protege el conjunto de la plataforma de la radiación directa del Sol se sometió a una prueba de vacío térmico adicional: durante su desarrollo, para el que se utilizaron placas de infrarrojo para simular el calor del Sol, el escudo alcanzó temperaturas superiores, de hasta 520 ºC, similares a las que experimentará durante las operaciones.
En esta vista, el panel de la nave que quedará mirando al Sol está visible a la izquierda, cubierto por el escudo térmico. Los elementos oscuros que se aprecian en la parte superior del panel son puertas deslizantes que permitirán el paso de la luz para que llegue a los instrumentos de detección remota durante las operaciones científicas. Algunos de los propulsores que controlarán la órbita de la nave y efectuarán maniobras se encuentran alojados sobre el panel visible a la derecha.
Aquí se puede ver un vídeo que muestra la rotación de la nave durante una maniobra de control de órbita simulada.
Tras finalizar las pruebas de vacío térmico, Solar Orbiter también concluyó con éxito la fase de pruebas mecánicas, incluida una serie de intensos ensayos de vibración, en los que la nave fue sacudida, para garantizar que sobrevivirá a los esfuerzos del lanzamiento.
Solar Orbiter es una misión liderada por la ESA con participación destacada de la NASA. Se lanzará desde Cabo Cañaveral a bordo de un vehículo Atlas V suministrado por la agencia estadounidense. (Fuente: ESA)