En esta imagen vemos la nave de Solar Orbiter de la ESA durante los preparativos para una campaña de ensayos de vibración en las instalaciones de IABG en Ottobrunn (Alemania), en marzo de 2019.
Mientras la nave se encuentra en Ottobrunn, en el centro de control de misiones de ESOC en Darmstadt (Alemania), el equipo de control de la misión se está preparando para establecer los enlaces de datos con el satélite.
Durante los enlaces en vivo, también denominados “pruebas de validación de sistemas”, el equipo de vuelos conecta su sistema de control de la misión a la nave, de igual forma que en el futuro los sistemas de control en tierra “hablarán” con la nave en órbita a través de señales de radio transmitidas por una antena terrestre.
“El principal objetivo de las pruebas de validación de sistemas de cualquier nave es verificar que el sistema de control de la misión puede enviar correctamente comandos remotos al satélite y recibirlos de vuelta”, explica José Luis Pellón Bailón, de la ESA.
“Las pruebas también confirman que la configuración de lanzamiento de la nave corresponde a lo previsto por los Procedimientos de Control de Vuelo poslanzamiento”.
El verano pasado se llevó a cabo una serie inicial de pruebas de validación de sistemas, cuando Solar Orbiter aún se encontraba en las instalaciones de su fabricante, Airbus Defence and Space UK, en Stevenage (Reino Unido).
“Después se trasladó a Ottobrun, donde a principios de mayo y principios de agosto se someterá a la siguiente serie de pruebas, que tendrán una duración total de nueve días y se efectuarán sin interrupciones”, señala José Luis.
“A continuación, Solar Orbiter se enviará a los Estados Unidos para el lanzamiento desde Cabo Cañaveral, donde a finales de noviembre se llevará a cabo una última serie de pruebas de conexión”.
El satélite Solar Orbiter se lanzará en 2020 con el fin de estudiar cómo el Sol crea y controla la heliosfera, la extensa burbuja de partículas cargadas que el viento solar crea en el medio interestelar. (Fuente: ESA)