Las disfunciones intestinales son muy frecuentes en nuestra sociedad y están presentes en muchas patologías, como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa o incluso la obesidad.
Las proantocianidinas son polifenoles vegetales que se encuentran en numerosos alimentos de la dieta y podrían prevenir las disfunciones intestinales cuando aún son leves. Pero los trabajos que se han hecho hasta ahora con modelos de roedores son sobre patologías graves y en estadios avanzados.
Un equipo de investigadoras del grupo de investigación Mobiofood, del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la Universitat Rovira i Virgili, ha desarrollado un modelo en ratas con disfunción intestinal leve inducida por un componente bacteriano para comprobar cómo actúan los polifenoles ante las alteraciones de la función intestinal en estadios iniciales.
Lo consiguieron estudiando el papel preventivo de dos dosis de proantocianidinas procedentes de extracto de pepita de uva. Hicieron pruebas con varios grupos de ratas sanas y enfermas, es decir, con disfunción intestinal inducida, a las que administraron diferentes dosis de estos polifenoles. La investigación ha demostrado que el modelo de inducción de enfermedad intestinal leve funciona. Los resultados establecen que el consumo de proantocianidinas, a través de la dieta o administradas de forma farmacológica, prevé la inflamación y la permeabilidad intestinal en todo el tracto gastrointestinal y también el estrés oxidativo en el colon.
Los resultados de la investigación concluyen que la administración de estos polifenoles vegetales puede ser a la larga una alternativa nutricional y terapéutica para prevenir daños intestinales asociados a la dieta desequilibrada o infección intestinal, aunque ahora falta comprobar estos resultados en próximos estudios hechos en personas. (Fuente: URV)