La adaptación de las aves a la vida urbana varía de unas especies a otras. Algunas utilizan las ciudades de modo ocasional, como por ejemplo el alcotán, la carraca o el martín pescador.
Otras las utilizan todos los años pero sólo en ciertos periodos, bien nidificando en ellas pero alimentándose fuera de la urbe como hacen la cigüeña blanca, estornino negro o el cernícalo primilla o permaneciendo durante el día en el campo y yendo a la ciudad sólo para dormir estornino pinto y lavandera blanca, durante el invierno.
Tambien hay especies que utilizan la metrópoli de modo permanente y desarrollan todo su ciclo diario en ella, este es el caso de los vencejos común y pálido, avión común, etc. y las que son sedentarias habitan las urbes durante todo su ciclo anual ‒gorrión común, paloma bravía, etc.
Este último grupo presenta una mejor adaptación a la ciudad, ya que ha desarrollado en este nuevo entorno todas las facetas de su vida diaria.
Están menos evolucionados que los rurales
Los pájaros “urbanitas”, los que viven en las ciudades, como palomas, urracas, pinzones, golondrinas o mirlos, tienen una diversidad evolutiva más pobre que los que viven en los entornos naturales porque hace menos tiempo que se separaron de sus ancestros y, por tanto, son evolutivamente menos singulares. Así lo concluye un estudio liderado por el investigador del CSIC en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB), Daniel Sol, que ha publicado la revista Ecology Letters.
El estudio advierte que las ciudades están poniendo en peligro millones de años de historia evolutiva de las aves porque las urbes preservan de media 450 millones de años menos de historia evolutiva en comparación con los ambientes naturales.
“Por razones que aún no conocemos bien, las especies que tienen parientes evolutivamente distantes son más sensibles a las perturbaciones y toleran mal la vida en la ciudad”, ha comentado Sol, que ha resaltado que la urbanización no sólo implica una pérdida de riqueza de especies, “también provoca una pérdida muy importante en la riqueza evolutiva de estos animales”.
prefieren mudarse a los barrios más ricos
Un equipo de científicos de la Universidad de Turín, Italia y las Universidades de Ciudad del Cabo (UCT) y Witwatersrand, Sudáfrica, han demostrado en un reciente estudio que las aves de las ciudades sudafricanas prefieren los barrios ricos.
Concretamente, se estudió la presencia de especies de aves en 22 áreas urbanas de Sudáfrica y la mayoría prefería los barrios ricos a los pobres, pero se mudarán en general si hay mucho asfalto y cemento.
Zonas pudientes
Las zonas más ricas tienen más especies de aves. Cuanto más ricos son los vecindarios, más especies de aves se encuentran allí, siempre que existan. Esto es probablemente debido a la mayor inversión en jardines, parques y otros espacios verdes que son puntos calientes de la biodiversidad urbana en los vecindarios más ricos.
Los hallazgos se basaron en un análisis cuidadoso de cuatro años de datos del Proyecto de Atlas de Aves del África Meridional en una variedad de entornos urbanos,desde las afueras periurbanas hasta los centros urbanos de gran altura, donde el ingreso promedio varió de 1.000 a 30.000 dólares por año según el censo sudafricano.
No obstante, esto no fue cierto para las áreas altamente urbanizadas donde la vegetación ha desaparecido. Es decir, que el llamado “efecto lujo”, bien documentado en el mundo desarrollado, también se aplica a áreas urbanas de densidad relativamente baja en Sudáfrica. Es decir, que es la primera vez que se documenta el “efecto lujo” en las aves para un país africano.