Si las manos frías se convierten en una molestia frecuente, puede tratarse de otra cosa. A veces hay que prestar atención a la temperatura de nuestro cuerpo, nuestros pies y nuestras manos para entender qué está sucediendo. Aquí te contamos de qué se puede tratar.
Ansiedad
El mal que aqueja a muchos hoy en día. La ansiedad causa sudoración y hace que las manos se sientan frías. Lo peor es que, al sentirnos ansiosos, sentimos el efecto en nuestras manos, lo que nos pone más nerviosos y nos hace sudar más. Pensar en el problema no hace más que agravarlo.
Síndrome de Raynaud
Este síndrome provoca que los vasos sanguíneos se estrechen de manera insospechada, lo cual provoca falta de circulación en las manos y los pies y crea esa sensación de frío. A pesar de que no se conoce el origen, una de cada 20 personas lo padece y es cuatro veces más probable que ocurra en mujeres.
El síndrome suele aparecer antes de los 40 años y requiere de atención médica para aliviar los síntomas.
Síntoma de otras enfermedades
Esta es la razón por la que no debemos dejar pasar tiempo si el problema comienza a ser común. Las manos frías pueden ser síntoma de problemas como fibromialgia, que es dolor en los músculos y en el tejido fibroso; o de un enfisema pulmonar que, por cierto, viene acompañado de un cambio de color en la piel o causa que las uñas se vean moradas. También puede ser uno de los primero síntomas de meningitis.
Menopausia
El desequilibrio hormonal, los cambios a los que nos enfrentamos con la edad y el trabajo de nuestro cuerpo por adaptarse a su nueva realidad, también pueden provocar ese enfriamiento en las manos.
Tampoco se puede descartar la anemia, problema gravísimo que muchas veces surge por la desnutrición.