Mañana Greenarea celebra el Día Internacional del Sol, vamos en este articulo a hablar todo sobre este gran fuente de energia que gracias a el, sigue la vida en nuestro planeta.
El Sol es la estrella más grande de nuestro sistema, aunque no del Universo. Gracias a este elemento clave, entre otros, en la Tierra hay vida y no solo eso, sino que podemos aprovechar la energía que nos ofrece de diversas formas. Los rayos solares nos ofrecen luz y calor, lo que permite la vida básica de vegetales y animales pero también permite grandes avances tecnológicos. Además, se trata de una energía renovable pues es una fuente que no se agota.
El Sol tiene ciclos de once años, y se cree que el pico solar de este ciclo se produzca durante este 2013.
Se formó hace aproximadamente 4600 millones de años a partir del colapso gravitacional de la materia dentro de una región de una gran nube molecular. La mayor parte de esta materia se acumuló en el centro, mientras que el resto se aplanó en un disco en órbita que se convirtió en el sistema solar. La masa central se volvió cada vez más densa y caliente, dando lugar con el tiempo al inicio de la fusión nuclear en su núcleo. Se cree que casi todas las estrellas se forman por este proceso. El Sol es más o menos de edad intermedia y no ha cambiado drásticamente desde hace más de cuatro mil millones de años, y seguirá siendo bastante estable durante otros cinco mil millones de años más. Sin embargo, después de que la fusión del hidrógeno en su núcleo se haya detenido, el Sol sufrirá cambios severos y se convertirá en una gigante roja. Se estima que el Sol se volverá lo suficientemente grande como para engullir las órbitas actuales de Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra.
La energía del Sol, en forma de luz solar, sustenta a casi todas las formas de vida en la Tierra a través de la fotosíntesis, y determina el clima de la Tierra y la meteorología.
Las tormentas solares
Son un evento en el que la actividad del Sol interfiere en el campo magnético de la Tierra. Aunque el astro está muy lejos del planeta, muchos creen que las tormentas solares no pueden causar reales daños, aunque se ha demostrado que en ocasiones sí.
La tormenta solar más grave se produjo en 1859, y es conocida como el evento de Carrington, causando problemas electromagnéticos en todo el mundo, auroras boreales y problemas en los aparatos electromagnéticos.
Estas tormentas ocurren como resultado de erupciones solares y eyecciones de masa coronal, que generan un viento solar, una ráfaga de partículas que, si viajan en dirección a la Tierra, pueden interferir en su campo magnético. La colisión puede generar un espectáculo de una tormenta geomagnética que puede durar varios días.
En la superficie del Sol, la actividad magnética puede formar manchas solares, que si son muy grandes y fuertes pueden causar llamas solares. Estas manchas y otras actividades solares están cargadas de plasma del Sol, que cuando se eyectan, es cuando se lleva a cabo el segundo fenómeno: las eyecciones de masa coronal. Estas partículas tardan al menos tres días en llegar a la Tierra, y es por eso que en ocasiones se puede ver una aurora boreal.
Los efectos directos e indirectos
En la superficie del Sol, la actividad magnética puede formar manchas solares, que si son muy grandes y fuertes pueden causar llamas solares. Estas manchas y otras actividades solares están cargadas de plasma del Sol, que cuando se eyectan, es cuando se lleva a cabo el segundo fenómeno: las eyecciones de masa coronal. Estas partículas tardan al menos tres días en llegar a la Tierra, y es por eso que en ocasiones se puede ver una aurora boreal.
Una tormenta solar es un evento en el que la actividad del Sol interfiere en el campo magnético de la Tierra. Aunque el astro está muy lejos del planeta, muchos creen que las tormentas solares no pueden causar reales daños, aunque se ha demostrado que en ocasiones sí.
Desde la agencia espacial explican que la ionosfera se ve afectada durante las tormenta geomagnéticas, y dichos cambios interfieren en las comunicaciones. Concretamente en las ondas de radio de alta frecuencia y en los sistemas GPS, y que las comunicaciones de radio de vuelos comerciales o cruceros pueden tener problemas durante los eventos de absorción en los polos causados por los protones solares.