Un grupo de investigadores y becarios del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS, CONICET-UNS) y del Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional del Sur (UNS) (Argentina) junto a colegas rosarinos, de Italia y del Reino Unido lograron describir la secuencia del genoma del pasto llorón (Eragrostis curvula) y obtuvieron el primer mapa genético de la especie, en el que lograron posicionar la región condicionante para su modo de reproducción asexual por medio de semillas, llamada apomixis.
El descubrimiento, que fue recientemente publicado en las revistas Scientific Reports y Frontiers in Plant Science, es producto de un proyecto liderado por la doctora Viviana Echenique, investigadora principal del CONICET y directora del CERZOS, una de las unidades ejecutoras del CONICET en Bahía Blanca.
“Este es un gran logro que nos permitirá avanzar hacia el conocimiento de la región genómica que condiciona la apomixis así como de las vías metabólicas involucradas, allanando el camino para su transferencia a cultivos de mayor interés económico”, señaló Echenique.
La apomixis resulta en individuos genéticamente idénticos a la planta que le dio origen, es decir, clones maternos. La transferencia por medio de ingeniería genética de este modo de reproducción a cultivos con mayor importancia económica podría redundar en la fijación y estabilización de características deseables por varias generaciones, como el vigor híbrido, incrementos en los rindes, disminución en costos de obtención y producción, acortamiento del tiempo de los programas de mejoramiento y eludir riesgos de transmisión de fitopatógenos. Algunos cultivos que podrían beneficiarse de esta tecnología son el maíz, el trigo, el arroz, la papa, el ajo y la caña de azúcar.
El trabajo consistió en la secuenciación del genoma y en el mapeo genético utilizando una combinación de tecnologías de última generación. La especie seleccionada para realizar el proyecto fue Eragrostis curvula (Schrad.) Nees, conocida como pasto llorón. “Son plantas morfológicamente diversas y con un amplio potencial genético para mejorar las características de resistencia a sequía, frío, productividad y palatabilidad”, detalla Echenique. Se trata de una gramínea forrajera cultivada en la zona semiárida templada de Argentina.
La combinación del genoma junto con el mapa genético permitirá delimitar la región condicionante de la apomixis y estudiar su arquitectura y composición génica. De cara al futuro la investigación continua, el grupo de científicos se encuentra abocado al estudio de esta región genómica para lo cual ya ha secuenciado otros dos materiales tetraploides apomícticos y cuenta con genes candidatos para el estudio; al mismo tiempo avanza en el desarrollo de una patente relacionada al proyecto. (Fuente: CONICET/DICYT)