Al paso al que vamos en términos de destrucción de los hábitats, emisión de gases de efecto invernadero, deforestación y otras formas de destrucción de los ecosistemas del mundo, los científicos estiman que para 2100 habremos causado un incremento de 2 °C en la temperatura de la Tierra.
Esto tendría efectos catastróficos, como un incremento de 10 centímetros en el nivel del mar, un océano Ártico sin hielo en el verano y la extinción absoluta de los arrecifes de coral. Pero todos estos desastres se pueden evitar si se logra limitar el aumento de las temperaturas a un 1,5 °C en lugar de 2 °C para 2100, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
“Los próximos años serán los más importantes de nuestra historia”, afirmaron.
Plantar un billón de árboles para salvar el planeta
Según los descubrimientos publicados en la revista “Science”, podemos mitigar el cambio climático plantando muchos árboles. Concretamente, plantando un billón de árboles, tal vez incluso más.
Unos científicos suizos señalan que esta siembra de árboles a gran escala y sin precedentes ayudará a capturar una gran cantidad de CO2. Calcularon que estos nuevos árboles podrían absorber de la atmósfera a lo largo de varias décadas casi 750 000 millones de toneladas del CO2 que retiene el calor, lo que casi equivale a la contaminación por carbono que han emitido los humanos en los últimos 25 años.
Continuar con la maratón de siembra de árboles en todo el mundo
¿Hay espacio suficiente para cubrir esta reforestación masiva? El equipo de científicos revela que los árboles podrían plantarse sin invadir tierras de cultivo o zonas urbanas. Incluso con las ciudades y las tierras de cultivo que existen, hay espacio suficiente para cubrir más de nueve millones de kilómetros cuadrados con árboles nuevos. Señalaron que los países que tienen más espacio para árboles nuevos son Rusia (151 millones de hectáreas), los Estados Unidos (103), Canadá (78), Australia (58), Brasil (50) y China (40).
Según declaró a la “BBC” el profesor Thomas Crowther, autor sénior del estudio y ecólogo dedicado al estudio del cambio climático del Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH Zürich): “Nuestro estudio muestra con claridad que la restauración de los bosques es la mejor solución disponible a día de hoy contra el cambio climático. Si actuamos ahora, esto reduciría los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera hasta un 25 %, niveles detectados por última vez hace casi un siglo”.
A lo que añadió: “Los nuevos bosques tardarán décadas en crecer y alcanzar su potencial. Es de vital importancia que protejamos los bosques que ya existen hoy, busquemos otras soluciones climáticas y sigamos eliminando progresivamente los combustibles fósiles de nuestras economías”.
Plantar árboles es la solución más viable y sostenible
El profesor Crowther dijo al periódico británico “The Guardian”: “Esta nueva evaluación cuantitativa muestra que la restauración (forestal) no es solo una solución contra el cambio climático, sino que es con diferencia la más importante. Lo que me parece extraordinario es la escala. Pensaba que la restauración estaría entre los diez primeros, pero es muchísimo más potente que todas las otras soluciones propuestas contra el cambio climático”.
Según añadió, plantar árboles es “una solución contra el cambio climático que no requiere que el presidente Trump comience a creer de inmediato en el cambio climático, o que los científicos descubran soluciones tecnológicas para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera. Ya está disponible, es la más barata posible y cada uno de nosotros puede participar”.
El autor principal, Jean-François Bastin, también del ETH Zürich, dijo que es necesario entrar en acción de inmediato: “Ahora los gobiernos deben incluirla (la restauración forestal) en sus estrategias nacionales”.
Christiana Figueres, antigua Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tuvo un papel importante en la creación del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático en 2015, apoyó el nuevo estudio: “Por fin tenemos evaluaciones de fuentes acreditadas sobre cuánto terreno podemos y debemos cubrir con árboles sin afectar a la producción de alimentos o las zonas habitadas. Se trata de un plan de suma importancia para los gobiernos y el sector privado”.
Dado que el clima cambia tan rápido y reduce el espacio disponible, la restauración de tal cantidad de bosques en las próximas décadas constituye ahora una carrera contrarreloj.