Los objetos de plástico no se biodegradan, sino que se convierten en partículas menores de 5 mm de diámetro debido a la acción del sol, a la oxidación y a la acción física de las olas, las corrientes o los mordiscos de peces y aves.
Pero no creas que todo el plástico que invade el mar tiene su origen en las bolsas y todo tipo de cosas que te vengan a la imaginación. Buena parte es plástico que no llegamos a ver.
Como los gránulos o pellets de plástico, el material al que aún no se ha dado forma en las fábricas, y que se pierde en el mar como consecuencia de los accidentes de los mercantes contenedores. Algunos peces grandes y depredadores los confunden con huevos de otras especies que forman parte de su alimentación.
Al mar también llegan las micropartículas que los fabricantes utilizan en las cremas cosméticas exfoliantes y las pastas de dientes, que quizá utilizas en el baño y que luego viajan por los desagües y no llegan a ser filtradas por las depuradoras municipales.
752 millones flotando en el Canal de Menorca
El Canal de Menorca es un corredor marino de unos 36 kilómetros de ancho que separa las islas de Mallorca y Menorca, del archipiélago de las Baleares. Se trata de una zona mediterránea con un alto valor ecológico y ambiental que cuenta con una amplia biodiversidad. Acoge unas 16.000 especies diferentes, de las cuales 58 están protegidas, como las algas pardas, la tortuga boba y diversos crustáceos, aves marinas y cetáceos.
Una nueva investigación indica una presencia estimada de 752 millones de partículas y de 3,7 toneladas de plástico en el Canal de Menorca. Las mayores concentraciones de partículas de plástico se encuentran en primavera y verano, lo que sugiere un efecto importante del turismo.
El estudio es obra de un equipo integrado por investigadores del Centre d’Estudis Avançats de Blanes (CEAB), el Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (IMEDEA), el Sistema d’Observació i Predicció Costaner de les Illes Balears (SOCIB) y la Escola de Negocis ESADE. Los autores del estudio muestrearon de forma trimestral durante los años 2014 y 2015 el Canal de Menorca y han evaluado la presencia de microplásticos, todo ello dentro del ámbito del proyecto de investigación sobre el mediterráneo NIXE III.
Los resultados de este estudio se han publicado recientemente en Environmental Pollution. El artículo muestra que los valores medios de plástico recogidos por kilómetro cuadrado son de 220.000 partículas, equivalentes a 1,1 kilos de plástico. Estos valores permiten estimar que, actualmente, en el Área Marina Protegida del Canal de Menorca hay 752 millones de partículas, que equivalen a 3,7 toneladas de plástico.
En su mayoría, no se trata de objetos grandes, sino de partículas inferiores a 5 milímetros (microplásticos) que se han ido fragmentando por el efecto de las corrientes y el oleaje. Con este tamaño, estas partículas representan una amenaza importante para los ecosistemas marinos, ya que se introducen en la cadena alimentaria y llegan también a los humanos.
“A pesar de que hay partículas ya fabricadas con estos tamaños, los microplásticos encontrados procedían principalmente de la fragmentación de plásticos de mayores dimensiones y que, una vez que este tipo de partículas entran en los ecosistemas marinos, son transportados por las corrientes marinas superficiales y el viento” explica Luis F. Ruiz-Orejón, autor principal del estudio.
Los datos confirman que las mayores concentraciones de plástico en esta zona se detectan en primavera y verano y en áreas marinas próximas a la isla de Mallorca, lo que sugiere una influencia directa del turismo. Concretamente, en dichas estaciones se encontraron, por kilómetro cuadrado, alrededor de 350.000 partículas en superficie, que se traduce en dos kilos de plástico.
Los modelos de distribución de partículas utilizados en este estudio y elaborados en el marco del proyecto MEDCLIC (SOCIB y la Obra Social “la Caixa”), demuestran que la variabilidad de las condiciones oceanográficas, como las corrientes marinas y el oleaje, “son mecanismos de limpieza muy efectivos en ciertos periodos del año, pero debemos ser conscientes que no por eso desaparece o se reduce, simplemente se desplazan de unas áreas a otras”, concluye Luis F. Ruiz-Orejón.
Este trabajo es el resultado de la tercera parte de la investigación que el Proyecto NixeIII ha llevado a cabo sobre la contaminación por plásticos flotantes en el Mediterráneo central y occidental. En la primera parte, se analizó su presencia en toda el área de estudio, que fue valorada en 1.500 toneladas. Por otro lado, la segunda se centró más concretamente en Baleares (área noroccidental de Mallorca e Ibiza) donde se hallaron 4,5 millones de partículas de plástico, más de ocho kilos de plástico por kilómetro cuadrado.