Emular las reacciones de órganos humanos en un chip, a fin de reducir las pruebas en animales, es un objetivo hacia el que se trabaja desde hace tiempo. Uno de los equipos de científicos que investigan en este tema es el del laboratorio del doctor Shrike Zhang en el departamento de Ingeniería y Medicina Traslacional, en conjunto con la Escuela Médica Harvard, de la Universidad Harvard, y el Brigham and Women’s Hospital, en Estados Unidos.
En este equipo participa la mexicana Carolina Parra, una joven científica (25 años de edad) egresada de la carrera de medicina por el Instituto Tecnológico (Tec) de Monterrey en México. Las dos grandes áreas en las que trabaja y que le apasionan son la ya comentada y la creación de reemplazos de órganos impresos en 3D.
Tal como ella subraya, estas líneas de investigación podrían significar grandes avances en el tratamiento de los pacientes en un futuro.
Parra señala que, a través la tecnología de órgano en chip se busca emular los sistemas del cuerpo humano y sus reacciones al aplicar en ellos diferentes tipos de medicamentos. “Lo que buscamos es, en lugar de esperar para ver cómo reacciona la medicina en tu organismo, primero intentar dentro de ese chip y ver los efectos secundarios y las reacciones”.
“Dependiendo si es tolerable o no, podemos decidir el seguir bajo esa misma línea de terapia en tu cuerpo antes de exponerte al riesgo. A eso se le llama medicina personalizada”, explicó. Añadió que con este tipo de tecnología se reduciría de forma drástica el uso de modelos de prueba como chimpancés, ratones y otros animales en los laboratorios.
“Con esta investigación podríamos tener una medicina más precisa para el cuerpo humano y también estaríamos deshaciéndonos de todas las violaciones a los derechos de los animales”. Las actividades de Parra en este proyecto se enfocan en mantener los niveles de oxígeno dependiendo del sistema de órgano que se esté mimetizando dentro del chip.
Crear órganos de reemplazo, en tanto, busca una solución a la escasez de órganos vivos para trasplantes, comenta Parra. En la biomedicina, ya hay avances para la impresión de corazón, oreja y partes del riñón, pero en el laboratorio donde está se trabaja en la impresión del sistema vascular y tejido muscular. “La manera en que nuestro equipo está abordando el problema es desarrollar órganos de reemplazo y la manera en que lo hacemos es imprimiendo andamios 3D.
“Logramos identificar un material que permite que la célula se mantenga viva y así generar tejido funcional sustituto para regenerar hueso, arterias o músculo”, explica.
Parra comentó que su trabajo en particular se encamina a la generación de músculo y tejido superficial subcutáneo. “Con una impresora 3D y una tinta que posee poros, me toca imprimir hidrogeles, en los que se encapsulan células para inyectarlas dentro de una herida superficial en la piel. Inyectamos ese hidrogel con células encapsuladas y queremos ver qué tan bien se puede regenerar ese tejido de piel”. (Fuente: Tec de Monterrey / DICYT)