El síndrome vespertino consiste en una sensación de agitación y desorientación que ocurre en las últimas horas de la tarde. Continúa durante la noche y puede producir ansiedad e irritación en quien lo sufre.
El síndrome vespertino es un trastorno que afecta casi al 20% de las personas que sufren de Alzheimer.
Es decir, el Alzheimer hace que se alteren la memoria, el pensamiento, el comportamiento y muchas más funciones cognitivas. Es un trastorno progresivo que acaba incapacitando a las personas y afecta a casi un 10% de los ancianos mayores de 65 años.
¿En qué consiste el síndrome vespertino?
Como hemos mencionado, el síndrome vespertino es un periodo de desorientación que aparece durante la tarde y puede prolongarse hasta la noche. Afecta a las personas que sufren de Alzheimer. De hecho, suele surgir en aquellos que atraviesan la etapa intermedia de esta enfermedad.
No se sabe muy bien por qué ocurre. Algunos estudios indican que su causa es una alteración del ritmo circadiano. El ritmo circadiano se refiere a ese »reloj interno» que nos permite controlar los ciclos de descanso y de vigilia.
Este ritmo es controlado por una zona del cerebro llamada núcleo supraquiasmático. Su funcionamiento se basa en una sustancia llamada melatonina. Se cree que el síndrome vespertino se debe a que en el Alzheimer se altera esta zona.
Al dañarse este área, se modifica la cantidad de melatonina y se altera todo el reloj biológico. Por ello se produce esta confusión y esta desorientación.
Sin embargo, también se relaciona con otros factores. Por ejemplo, se cree que el cansancio, el hambre y la sed influyen. Del mismo modo, la luz más tenue a estas horas, el dolor y el malestar también se asocian al síndrome vespertino.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome vespertino?
En realidad, el síndrome vespertino no es una enfermedad. Se trata de un conjunto de síntomas que se producen durante la tarde. Además, es conveniente saber que también puede ocurrir en otras demencias, no solo en el Alzheimer.
Principalmente, el síndrome vespertino provoca desorientación y ansiedad. Sin embargo, también puede producir agresividad o que la persona que lo sufre deambule de un lado a otro.
Aquellos que lo padecen pueden tratar de romper su ropa o lanzar objetos. De hecho, pueden tratar de autolesionarse y gritar. Algunos presentan mucho sueño durante el día y más actividad durante la noche.
Consejos para afrontar el síndrome vespertino
- Trata de hacer que la persona que lo sufre se exponga a la luz natural por la mañana temprano.
- Lo ideal es evitar que el paciente duerma durante el día.
- Hay que cuidar su alimentación, reduciendo el consumo de dulces y eliminando la cafeína.
- A la hora de dormir, hay que intentar que el ambiente sea lo más relajado posible.
- Trata de crear rutinas estables y horarios para las comidas y las actividades.