Transformar en energía limpia el suero de la leche o lactosuero que se usa para hacer productos lácteos, como el queso o la mantequilla es un provechoso reciclaje que hace posible un sistema de metanización que ha necesitado diez años de investigación. Gracias a ello, se aprovecha un residuo que normalmente se considera un desecho para la obtención de electricidad.

La iniciativa, llevada a cabo por la Unión de productores de Beaufort, en Francia, ha requerido una invesión de 13 millones de euros. Gracias a este sistema se retira este desecho y se obtiene biogas para el uso en las granjas y la venta del excedente. En concreto, se producen tres millones de kwh cada año, equivalente al gasto eléctrico medio 1.500 personas.

Aprovechando el voraz apetito que demuestran las algas por el dióxido de carbono, el grupo de diseño Cloud Collective decidió crear una interesante granja de algas que absorbiera el smog de las ciudades y a su vez generara energía verde.

Colocada en un puente de una autopista sueca, su granja aprovechaba el sol y el CO2 para crecer y producir gran cantidad de oxígeno. Una ubicación clave para convertirse en un proyecto inédito, integrado en la ciudad como zona verde, purificadora y generadora de energía que podía colocarse en los lugares más insospechados.

El proyecto se instaló aprovechando la celebración de un festival de jardines en Ginebra y, según explicaron sus creadores, su objetivo era cultivar las algas dentro de tubos en espacios públicos especialmente contaminados. El sistema se alimentaba con energía generada por paneles solares.

Finalmente, el cultivo de algas se traducía en ganeración de biodiésel, entre otros productos. De este modo, además se evita tener que destinar terrenos agrícolas a la producción de plantas con las que generar biocombustibles.

La propuesta de Scott y Julie Brusaw es un sistema basado en paneles solares y LED. Su objetivo, lógicamente, es buscar un futuro más sostenible en el que la carretera fuese autosostenible.

Para ello se ha recorrido un largo camino. En primer lugar, se buscó el modo de proteger la parte electrónica de la climatología y del constante paso de los vehículos. Es decir, las celdas solares que se incluyen en su interior tenían que estar protegidas, un gran desafío que han conseguido superar.

La generación de energía solar debía permitir su financiación y mantenimiento, además de generar energía capaz de iluminarla y mejorar su señalización mediante una iluminación nocturna en la que se utilizan luces LED.

También han incorporado un sistema térmico anti hielo que puede activarse cuando se acumula el hielo o la nieve y sistemas de alerta de peligros como la presencia de una animal en la carretera.