Con más de 10.000 hectáreas quemadas llegando a alcanzar un perímetro de 75 kilómetros, el incendio de Gran Canaria es considerado ya el mayor siniestro forestal de España desde el año 2013. Durante los últimos días más de 9.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares en los municipios cercanos.
El mayor valor del parque es un pinar donde se encuentran varias especies amenazadas, algunas de las cuales son exclusivas de este lugar.
Según datos de Protección Civil, más de 700 bomberos han participado en las labores de extinción y se ha contado con cerca de 400 unidades militares de emergencia, 11 helicópteros y 7 hidroaviones. La catástrofe ha obligado además a cerrar 22 carreteras.
Dentro del perímetro afectado por las llamas, hay aún una zona inaccesible por los equipos de extinción al ser áreas rocosas del Parque Natural de Tamadaba, que pertenece a tres municipios –La Aldea de San Nicolás, Agaete y Artenara–, considerado el pulmón verde de la isla y hasta ahora una de las zonas mejor conservadas del archipiélago.
Su mayor valor es un pinar donde se encuentran varias especies amenazadas, algunas de las cuales son endémicas de este lugar. Entre los barrancos, escarpes y riscos del parque se ha identificado una gran variedad de hábitats con unas 200 especies vegetales diferentes. Entre la fauna destacan las aves y los reptiles, como el pinzón azul (Fringilla polatzeki) o lagarto gigante grancanario (Gallotia stehlini).
El fuego “terminará de quemar el pinar”, ha informado a los medios de comunicación Federico Trillo, jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria. “La inmensa mayoría del parque natural ha ardido de manera superficial. Hay zonas afectadas con fuego de alta intensidad, pero en la mayoría ha ardido matorrales respectado bastante el arbolado”, ha asegurado.
¿Qué pasará con este bosque? “Los pinos ahora se socarrarán y se quedarán las hojas marrones y rápidamente cubrirán el suelo que a efectos de erosión viene bien”, ha explicado Trillo, después de su visita a la zona afectada.
Los expertos pudieron observar conejos rondando el área y señales de madera y plástico que han sobrevivido a las llamas. “El nivel de gravedad que esperábamos inicialmente es bastante menor. Es una muy buena noticia, aunque no quiere decir que no haya daños y que no sea un desastre”, ha apuntado.
Por ahora, los equipos se mantienen alerta porque la situación no ha pasado. El operativo se centra ahora en focos que pueden reiniciarse. En zonas mojadas donde se ha logrado controlar el fuego, este puede reactivarse una vez secas. “En la zona norte, desde Valleseco hasta Agaete, se han producido varios reinicios a pesar de la bajada de temperaturas y el aumento de la humedad”, ha añadido. (Fuente: SINC)