Investigadores de dos grupos de la Universidad de Almería, Ecología Acuática y Acuicultura, y Aplicaciones de la Biotecnología a los Productos Marinos, han obtenido piensos enriquecidos con omega 3, considerado saludable como nutriente. En concreto, han logrado que las larvas de la mosca soldado negra mejoren sus propiedades como alimento para especies acuícolas.
El trabajo de los expertos permite que un insecto usado habitualmente en la acuicultura mejore sus propiedades. “La producción de harina de insecto es más sostenible que la de pescados, cuyo coste limitará su uso en la actividad de la acuicultura”, señala a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería Fernando Barroso, autor del estudio ‘Production of n-3-rich insects by bioaccumulation of fishery waste’, publicado en la revista Journal of Food Composition and Analysis.
El objetivo del trabajo se centra en averiguar si las larvas de la mosca negra Hermetia illucens resultan una opción óptima para obtener una harina rica en ácidos grasos omega 3, con las propiedades saludables similares a la de pescado. “El resultado ha sido mejor de lo esperado, los insectos bioacumularon notablemente las grasas saludables que contenía el pescado”, añade Barroso. Para entender los niveles alcanzados, la ingesta diaria recomendada para los seres humanos de estos ácidos grasos se lograría con 150 gramos de harina de este insecto.
La acumulación de ácidos grasos obtenida genera beneficios para el desarrollo fisiológico, además de reducir los riesgos de infarto o mejorar la actividad cerebral, como apunta Barroso.
La segunda ventaja que la investigación ha permitido es medioambiental. “Hemos comprobado que estos insectos son una herramienta adecuada para transformar el problema de los residuos de pescado en una nueva materia prima”, indica el investigador de la Universidad de Almería.
La normativa obliga a los pesqueros a no arrojar al mar las capturas que carecen de valor comercial y llevarlas a puerto, donde pueden ser utilizados por una industria harinera. “Pero si no existe, no saben qué hacer con esos descartes y, gracias a esta investigación, logramos otra forma de reutilización”, informa Fernando Barroso. El trabajo ha contado por este motivo con la financiación parcial del experimento de la Organización de Productores Pesqueros de Almería.
El estudio con omega 3 en las larvas de la soldado negra da continuidad a otro en el que se comprobó la capacidad que poseían de acumular compuestos bioactivos. Para el siguiente paso, los investigadores necesitaban un sustrato rico en omega 3 y de bajo valor, que hallaron en los desechos de la pesca. A los insectos los dividieron en grupos alimentados durante diferentes días con un pescado, en concreto alacha (Sardinella aurita), que no puede ser comercializada por poseer numerosas y largas espinas.
Esta investigación es parte de los trabajos de ambos grupos universitarios para conocer el potencial de los insectos como alimento, lo cual incluye aumentar su digestibilidad al reducir en la harina la cantidad de esqueleto externo de las larvas.
Asimismo, los expertos realizan pruebas alternando tipos de harina de insecto y especies de peces, para hallar la combinación de mejor resultado alimenticio.
La producción de insectos es más sostenible que el resto de producciones animales. “Resultan más eficaces en la conversión de alimentos, requieren menos tierra y agua, generan bajas emisiones de gases de efecto invernadero y amoniaco, además se adaptan muy bien a ingerir subproductos alimenticios”, informa el investigador de la Universidad de Almería.
El equipo investigador continúa sus proyectos sobre las posibilidades de los insectos como alimento. “Gracias al apoyo económico del INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria), estudiamos en colaboración con el ITACyL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León), y la Universidad de Granada la sustitución en la dieta de trucha, dorada y tenca de la harina de pescado por harina de mosca soldado negra y de gusano de la harina”, informa. Asimismo, y de nuevo con la Organización de Productores Pesqueros de Almería, analizan los usos alternativos de los descartes de pesca en el caladero del mar de Alborán.
El trabajo con las larvas de soldado negra es parte de una línea iniciada en 2010 en la Universidad de Almería que continúa. La financiación ha provenido de los proyectos de excelencia de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad de la Junta de Andalucía, y del INIA. (Fuente: F. Descubre)