El uso de opioides en México ha sido históricamente bajo, pero hay factores nacionales e internacionales que están convergiendo y existe la amenaza de un aumento en las tasas de drogas y adicciones. Muchos de estos factores pueden haberse originado en los Estados Unidos, lo que hace podría originar una epidemia conjunta en Estados Unidos y México, tal y como apunta un estudio desarrollado por la Universidad de California (UCLA).
Según el trabajo, que acaba de publicarse en la revista ‘American Journal of Public Health’, hasta el momento, varios factores culturales y legislativos se habían combinado para mantener un bajo el consumo de opioides en México.
Entre estos factores estaban las dificultades de los médicos para prescribir opioides, el limitado número de recetas por prescriptor, unas directrices estrictas sobre el almacenamiento de opioides o el alto coste de los opioides en México en comparación con Norteamérica. Asimismo, también existía entre los mexicanos la percepción de que los opioides eran solo para los enfermos terminales, eran ilegales y demasiado caros.
En el estudio, en el que han colaborado expertos de México, Estados Unidos y Canadá, se han examinado los cambios recientes en la legislación, así como las tendencias de la población y de las drogas en México. Los autores estudiaron literatura académica publicada, documentos oficiales y noticias sobre el uso de opioides en México.
Así, esperan que la población de mexicanos de 65 años o más se duplique para el 2030, lo que significa que más personas serán diagnosticadas con enfermedades crónicas o cáncer y se utilizarán más opioides para aliviar el dolor.
Además, varios factores podrían llevar a un aumento general de los opioides y a una posible epidemia en México: cambios legislativos recientes que facilitan la prescripción de opioides, la cobertura en el seguro de salud nacional de opioides, la presión de las compañías farmacéuticas, un mercado en disminución en los Estados Unidos, una mayor producción y tráfico de heroína en México y la deportación de usuarios de drogas inyectables al país.
David Goodman-Meza, de la División de Enfermedades Infecciosas de la UCLA y autor principal del artículo, destaca el papel de Estados Unidos en la contribución al problema de los opioides en México y la posibilidad de una epidemia conjunta. “Los Estados Unidos deben proporcionar recursos para mitigar una posible epidemia de opioides de la misma manera que el país proporciona recursos para la “guerra contra las drogas” en México, por ejemplo, ayudando a construir centros de tratamiento de adicciones o un sistema para monitorear el uso de opioides”, afirma.
Fuente: dicyt.com