La insuficiencia de la producción de la hormona progesterona después de la ovulación es una causa frecuente de fracasos de la implantación y de abortos espontáneos, tanto en casos de reproducción asistida como en la reproducción natural.
Un nuevo tratamiento, desarrollado por la Clínica MARGen de Granada (España), basado en la evaluación de la concentración de la progesterona en la sangre de la paciente, permite definir la dosis necesaria de esta hormona y aplicar protocolos específicos para cada paciente, evitando estos fracasos de una manera eficaz, sencilla, económica y sin riesgos.
Tradicionalmente, estas situaciones se tratan con una dosis demasiada elevada de progesterona que, a menudo es contraproducente. Según el doctor Jan Tesarik, director del equipo, “la insuficiencia de la progesterona representa una amenaza inmediata para el embarazo, pero la sustitución “exagerada” engancha a la paciente a este tratamiento”. Un tratamiento que “además de resultar caro a largo plazo -añade-, impide la producción de la progesterona por la placenta de la paciente y la mantiene dependiente de la sustitución externa durante un período irrazonablemente prolongado”.
En un estudio publicado en la revista estadounidense Current Opinion en Gynecology and Obstetrics, el equipo de la Clínica MARGen analiza los pros y contras de los métodos utilizados habitualmente y detalla el nuevo tratamiento y sus resultados.
Según el director del equipo, algunas mujeres no producen las suficientes cantidades de la hormona progesterona después de ovular, lo que provoca sufrimiento en el embrión recién implantado.
“En casos de reproducción asistida -indica el doctor Jan Tesarik- el riesgo es mayor. También existen casos “inexplicados” de infertilidad o de abortos espontáneos en la reproducción natural que se pueden tratar con éxito con este nuevo tratamiento”. (Fuente: Clínica MARGen)