El viernes, 30 de septiembre de 2016 fue un día agridulce para la exploración espacial: la sonda Rosetta culminaba su impresionante misión con un final a la altura, posándose en la superficie del cometa que llevaba dos años estudiando en órbita.
Esta imagen fue capturada por la cámara de gran angular de OSIRIS durante los últimos momentos de la misión desde una altitud de unos 400 m sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. El lugar del aterrizaje no queda lejos de la parte superior central de la fotografía. También merece la pena ver esta asombrosa secuencia de imágenes que abarca las últimas horas de la misión.
Rosetta llegó a 67P el 6 de agosto de 2014 tras un viaje de diez años a través del espacio y depositó en su superficie el módulo de aterrizaje Philae el 12 de noviembre de ese mismo año. Después, siguió estudiando este cuerpo helado de lejos y de cerca a medida que se acercaba al punto más cercano al Sol en agosto de 2015 para luego volver a alejarse hacia el Sistema Solar exterior.
Rosetta, consagrada a la ciencia hasta el último minuto, aprovechó la oportunidad del descenso para obtener datos únicos del entorno de gas, polvo y plasma más cercano a la superficie del cometa, así como para capturar imágenes de muy alta resolución y medir la temperatura.
Aunque las operaciones de la misión hayan concluido, la ciencia sigue. Además, hay una intensa actividad en torno a la preservación de los datos mejor calibrados y con la máxima resolución en el Archivo de Ciencia Planetaria de la ESA para garantizar que las generaciones futuras podrán disfrutar del legado de la misión.
La semana pasada marcó un nuevo hito, ya que se celebró la reunión final del Equipo de Trabajo Científico en el centro técnico de la ESA en los Países Bajos. Se trataba del 52.o encuentro del equipo, que empezó a reunirse a finales de los noventa. Durante la reunión se dio fin al aspecto formal de la misión y a las actividades de archivo, y los participantes pudieron reflexionar sobre los esfuerzos realizados a lo largo de las últimas décadas. Además, se dedicaron varias jornadas a las actividades más recientes y aún en curso, que ahondan en el análisis multiinstrumental del cometa. Algunos de los temas tratados también se han presentado en un número especial de Astronomy and Astrophysics. (Fuente: ESA)