Por lo general, atendemos más al marketing de los productos que compramos que a los ingredientes que contienen, y terminamos aplicándonos miles de químicos que no hacen más que aportarnos toxinas.
La hidratación es fundamental para que la piel se vea elástica, luminosa y saludable.
Algo más básico, pero no por eso menos importante, es la importancia del agua para la piel. La hidratación es la clave para que se vea elástica, luminosa y saludable.
Aquí te compartimos algunas aguas naturales que puedes usar para devolverle la vitalidad a tu piel.
1. Aguas florales
Son las que se obtienen al destilar los aceites esenciales. Por ello, contienen los principios activos de la planta y todas sus propiedades beneficiosas.
Las aguas florales se usan como tónicos en el rostro. Refrescan, aromatizan y actúan sobre la piel de modo natural, sin químicos.
Algunos ejemplos: el agua de lavanda funciona como relajante y desinfectante de la piel; el agua de hamamelis es astringente y ayuda con los problemas circulatorios; y el de manzanilla, calma las pieles sensibles.
2. Agua miscelar
El agua miscelar es una solución acuosa que tiene microesferas (micelas) en suspensión. Se aplica para limpiar restos de sudor, grasa o maquillaje de la piel.
Además, es fácil de utilizar, no reseca y aporta frescura. Es preferible escoger una que no contenga parabenos, ni perfumes sintéticos u otros componentes irritantes agregados; especialmente si tienes la piel muy sensible.
3. Aguas termales
Quizás alguna vez hayas visitado las aguas termales. Son fuentes de agua ricas en minerales que actúan sobre la piel, refrescándola y suavizándola.
Hay algunas versiones que pueden conseguirse en el mercado y se usan para proteger la piel del envejecimiento prematuro, mejorar irritaciones y descongestionar.