La agricultura ha constituido la base de la economía maya desde la época precolombina y el maíz es su principal cultivo. Los mayas cultivaban también algodón, fríjol (poroto o judía), camote (batata), yuca y cacao. Las técnicas del hilado, el tinte y el tejido consiguieron un elevado grado de perfección.
Ante el aumento de la población y las presiones ambientales, como el aumento del nivel del mar de hace entre 3.000 y 1.000 años o las sequías hace unos 1.200 años, las sociedades mayas respondieron convirtiendo los bosques tropicales en complejos campos de humedales con canales para gestionar la calidad y cantidad de agua.
Estos humedales sirvieron como sistemas agrícolas a gran escala para el cultivo de aguacate, maíz y calabaza y estuvieron activos durante eventos climáticos extremos, como sequías y épocas de expansión de la población.
El impacto fue mayor de lo que se creía!!
Así el estudio muestra que los mayas tuvieron “impactos antropogénicos más tempranos, más intensos y de mayor alcance” en los bosques tropicales que los conocidos previamente. “Estas grandes y complejas redes de humedales pueden haber cambiado el clima mucho antes de la industrialización, y estas pueden ser la respuesta a la pregunta de cómo se alimentó una gran civilización de la selva tropical”, indica Tim Beach, autor principal del estudio e investigador en la universidad estadounidense.
Para desvelar el extenso campo de humedales antiguos y las redes de canales, el equipo obtuvo 250 kilómetros cuadrados de imágenes láser de alta precisión para mapear el suelo debajo del dosel del bosque pantanoso. En su interior, los científicos descubrieron evidencias de múltiples especies de alimentos antiguos cultivados, como el maíz, además de conchas y huesos de animales.
Según los investigadores, la extensión de estos sistemas pudo aumentar las emisiones de dióxido de carbono con la quema de vegetación y de metano. De hecho, el mayor aumento de este último gas hace entre 2.000 y 1.000 años coincide con la formación de estos canales, así como los de América del Sur y China.
“Incluso estos pequeños cambios pudieron haber calentado el planeta, lo que proporciona una perspectiva aleccionadora para el orden de magnitud de los cambios más grandes durante el siglo pasado que se acelerarán en el futuro”, subraya Beach.
Los investigadores plantean la hipótesis de que la huella del humedal maya pudo ser aún mayor e imperceptible debido al arado, la degradación y el drenaje modernos. Los hallazgos se suman a la evidencia de los primeros impactos humanos en los trópicos, y plantean la hipótesis del aumento del dióxido de carbono atmosférico y el metano por la combustión, la preparación y el mantenimiento de estos sistemas de campo que contribuyeron al Antropoceno temprano.