La segunda reunión de consulta informal en preparación de la conferencia “París Clima 2015-COP21” será inaugurada por Laurent Fabius, Presidente de la COP 21.
Después de la reunión informal de marzo en Lima, Perú y Francia invitaron a los negociadores de alrededor de cincuenta países representativos con el objetivo de identificar puntos de convergencia encaminados a un acuerdo ambicioso a finales de año en París para contener los cambios climáticos dentro del límite de 2°C.
La próxima sesión informal de negociación con todos los países parte de la convención marco de Naciones Unidas para los cambios climáticos tendrá lugar en Bonn del 1° al 11 de junio.
Qué es una COP?
La Conferencia de las Partes (COP), creada al adoptarse la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992 es el órgano supremo de la Convención y reúne a todas las partes de la Convención, es decir a los 195 países que la han ratificado más la Unión Europea.
Cada año, la Conferencia se celebra de forma rotatoria en uno de los cinco grupos regionales de la Organización de las Naciones Unidaspara analizar el estado de aplicación de la Convención, adoptar decisiones que definan mejor las normas fijadas y negociar nuevos compromisos. Desde 2005, fecha de entrada en vigor del Protocolo de Kioto, se celebra de forma simultánea a la conferencia anual de las Partes del Protocolo de Kioto, llamada CMP.
La elección del país anfitrión se hace de forma interna en el grupo. En 2015, la presidencia de la conferencia sobre el clima recaerá en Francia, que presentó su candidatura para la zona de Europa Occidental.
Quién participa en las COP?
Los representantes de cada país firmante de la CMNUCC de 1992 participan en las COP, es decir 195 Estados más la Unión Europea, que es Parte, además de sus 28 Estados miembros. Así, la CMNUCC es una convención universal. También participan en estas conferencias los actores no estatales de la sociedad (organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, entidades territoriales, sindicatos, empresas, científicos, jóvenes).
Los retos actuales de las negociaciones
De una conferencia sobre el clima a otra, la comunidad internacional construye los elementos que deben permitir limitar el calentamiento a 2 ºC de aquí a 2100.
Antes de Lima, la Unión Europea adoptó el paquete energía y clima para 2030, con el objetivo ambicioso de reducir las emisiones por lo menos un 40% de aquí a entonces, lo que constituye la base de su contribución. Poco después, Estados Unidos y China anunciaron un acuerdo conjunto de reducción de emisiones. Estos anuncios, hechos por tres actores que representan más de la mitad de las emisiones mundiales, han contribuido a forjar una buena dinámica que deberá permitir a todos los países comprometerse. El clima también se ha impuesto como un asunto importante en el G20 en Australia y el comunicado final ha enviado un mensaje fuerte sobre la implicación del G20 en la lucha contra el cambio climático. Por último, la capitalización del Fondo Verde para el Clima envía una señal muy prometedora a los países en vías de desarrollo.
Antecedentes históricos de la negociación sobre el clima
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) fue adoptada en 1992 en la cumbre de Río.
Entró en vigor en 1994 y ha sido ratificada por 196 Partes. Su objetivo: estabilizar la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) antropógenos en la atmósfera a unos niveles que eviten cualquier interferencia peligrosa con el clima.
La primera aplicación práctica y vinculante de la CMNUCC se oficializó con el Protocolo de Kioto. Adoptado en 1997, entrado en vigor en 2005, ratificado por 192 Partes (Estados Unidos nunca lo ratificó), impuso a 37 países desarrollados unas reducciones de emisiones de un 5% de media con respecto a 1990 (8% para la UE) en el periodo de 2008 a 2012. Los demás países no se han comprometido con objetivos cuantificados pero han quedado asociados al proceso por mecanismos incitativos.
El Protocolo se prorrogó en la conferencia de Doha, e impuso un objetivo de reducción de las emisiones globales de gases de efecto invernadero a los países desarrollados de por lo menos un 18% entre 2013 y 2020 («segundo periodo de compromiso») con respecto a los niveles de 1990. El acuerdo final fue impulsado por la Unión Europea, que supeditó la prórroga de su compromiso adquirido en Kioto a la adopción de una nueva hoja de ruta para un acuerdo mundial. Así, Francia, junto a la Unión Europea, se comprometió a participar en el segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto a partir del 1 de enero de 2013. La Unión Europea fue la primera en comunicar en abril de 2012 su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: 20% para el segundo periodo de compromiso.
Sin embargo, el Protocolo ha terminado por mostrar sus límites: Rusia, Japón, Nueva Zelanda y Canadá se han desmarcado de él y la UE solo representa el 13% de las emisiones mundiales (un porcentaje en continuo descenso). Era pues necesario encontrar un instrumento jurídico ambicioso, vinculante y de aplicación a todos para tomar el relevo del Protocolo. Ese era el objetivo de la COP de Copenhague en 2009. No se alcanzó durante aquella conferencia, pero se reafirmó en Cancún en 2010 y en Durban en 2011, donde los Estados acordaron adoptar un «protocolo, un instrumento jurídico o una conclusión acordada con fuerza legal» para 2015.