Los molinos de viento de las granjas eólicas son moles gigantescas frente a los que Don Quijote poco podría haber hecho, a no ser que se hubiera subido a un helicóptero. Ahora, sin embargo, una nueva modalidad de turbinas parecen hacerle un guiño al famoso hidalgo con su curioso diseño que parece colocarles un escudo para que puedan protegerse de lunáticos enfebrecidos.
Fuera de bromas, el nuevo diseño supone un avance en la tecnología eólica, con un aumento del rendimiento del 3 por ciento, lo que supone un gran diferencia a gran escala, por ejemplo si sumásemos la producción de todo un parque eólico.
Aunque parecen estar listas y a la espera de que aparezca el ingenioso caballero andante, su diseño poco convencional es tal vez una variante menos atípica que otras aquellas otras muchas turbinas que no tienen aspas, similares a un cilindro y basadas en energía eólica electrostática, que adopta la forma de una turbina de viento inmóvil.
Captura la energía residual
Son unas turbinas aparentemente normales, con sus aspas y, en suma, un aspecto habitual salvo por un accesorio en forma de cúpula que permite capturar la energía que pierden las turbinas normales. Por lo tanto, genera más potencia, pero a su vez aumenta los cosstos de construcción, si bien sus creadores consideran que instalarla vale la pena porque asegura con creces el retorno de inversión.
Es una tecnología experimental de General Electric Global Research bautizada como Eco ROTR, un proyecto que se enmarca dentro de la iniciativa Ecomagination, creada para fomentar la construcción de tecnología verde en el sector eólico.
El proyecto que ha inventado la tecnología Eco ROTR intenta corregir el problema que supone la pérdida de energía en la parte central de las turbinas estándar y proponer hacerlo añadiendo este peculiar objeto denominado EcoROTR para mejorar su rendimiento en un 3 por ciento. Por lo pronto se ha instalado en una turbina convencional ubicada en el desierto de Mojave de California a las afueras de la ciudad de Tehachapi. En palabras de Mike Bowman, director de proyectos de GE Global Research:
Abaratar costes
Es así como se aprovecha el viento perdido, que de otro modo habría pasado a través de las hojas, pero que gracias a este invento va desde el centro a las puntas de las palas, con lo que lo redirecciona hasta el lugar donde el viento se traduce de forma más eficiente en energía, y así se genera energía adicional.
Si bien ahora supone un gasto extra, con el tiempo puede significar todo lo contrario. Según explican sus creadores, gracias a su instalación y lugar estratégico las turbinas podrían diseñarse de otro modo que resultaría más económico.
Por un lado, las turbinas podrían acortarse hasta reducirse a su parte visible, ya que el resto simplemente es innecesario. De este modo, puesto que las aspas son una de las partes más costosas de fabricar y trasladar serían más cortas, con lo que se reducirían costes y se aumentaría el rendimiento. Por lo tanto, aspas de menor diámetro podrían capturas más energía eólica. Por último, pero no en importancia, ese abaratamiento permitiría acceder a lugares remotos que hasta ahora eran prohibitivos por cuestión de costes de logística. ¿Serán éstas las turbinas del futuro o es el cuento de la lechera? ¡O quizá esté esperándonos alguna tecnología de las llamadas disruptivas y cambie el panorama de la noche a la mañana!