El avión suizo Solar Impulse 2, versión mejorada de su hómonimo, está haciendo historia. Si alimentarse solo con la energía del sol, sin usar ni gota de combustible, y estar dando la vuelta al mundo volando día y noche no fuese suficiente, ahora se desmarca batiendo su propio récord. Lógicamente, el desafío que está abordando crea las condiciones propicias para batir récords de vuelo inninterrumpido. Y así ha sido. Cuando el Solar Impulse se encontraba entre Japón y Hawái, al cabo de más de dos días y dos noches sobrevolando el Pacífico, sin escalas, ha batido su propio récord de vuelo. Ello supone que ha realizado el vuelo más largo de la historia con energía solar fotovoltaica. Más de 50 horas de vuelo La gesta tuvo lugar este miércoles, tras franquear un primer frente frío y tras dos días completos de pilotaje sobre las aguas del mar Pacífico. Una hazaña inédita que ha hecho posible su piloto, todo un logro de André Borschbert, a su vez uno de sus creadores, junto a Bertrand Piccard, también copiloto, ambos ingenieros suizos que están haciendo realidad su gran sueño: demostrar al mundo con hechos que la aviación sostenible es posible. El trayecto en el que se logró el récord todavía no ha finalizado. Por lo tanto, el récord todavía no ha marcado su techo pues ese medio centenar de horas podría llegar a sumar otras 60, el tiempo de vuelo que Broschet deberá permanecer en su cabina. Superando obstáculos Los organizadores y los pilotos (ellos lo saben mejor que nadie), no cesan de recordar lo complicado que está siendo superar los obstáculos e imprevistos que van surgiendo. Plantearse una vuelta al mundo no podía ser sino una extraordinaria aventura, para lo bueno y para lo malo. El avión solar bate su propio récord con el vuelo más largo de la historia En este sentido, el recorrido que permitió establecer el récord tuvo lo suyo, pero si hubo un momento que mereciera ser destacado, a juicio de los organizadores éste no es otro que el logro que supuso que el Solar Impulse 2 consiguiera dejar atrás un primer frente frío. Cuando lo consiguió, “un gran obstáculo fue franqueado”, afirmaron. El frente se extiende de Taiwán a Alaska. Durante unos días era tan denso que parecía infranqueable, hasta el punto de que el Solar Impulse atrasó su salida de Japón durante un mes. Finalmente, lo que parecía un problema sin solución acabó siendo un obstáculo superado. Atravesar con éxito el frente fue “muy emocionante”, tuiteó Bertrand. Tras un mes con los motores apagados puedo despegar para continuar su ruta y desde entonces todo han sido excelentes noticias. Vuelo ininterrumpido, todo un logro Al margen del récord, los pilotos quieren subrayar un hecho que consideran mucho más importante. El hecho de que el avión solar haya conseguido volar durante dos y hasta un tercer día sin aterrizar demuestra que un avión “puede volar sin interrupción produciendo su propia energía”. Y, lo mejor de todo es que sigue volando, sumando horas de vuelo sin hacer escalas. Recordemos que la aeronave salió el 9 de marzo de Abu Dabi para dar una vuelta al mundo. El plan de vuelo sumaba un total de 35.000 kilómetros, un gran desafío que busca la atención mediática para promover el uso de las energías renovables, especialmente en la aviación, una de las principales fuentes de carbono. Miles de células solares La estructura del Solar Impulse 2 está recubierta por la friolera de 17.248 células solares ultraeficientes, cuya función es alimentar a cuatro motores eléctricos de hélice que, gracias a unas baterías de polímero de litio siguen funcionando por la noche. Si durante el día vuela a un máximo de 8.500 metros de altitud para acercarse al sol y cargar bien sus paneles, por la noche si vuela sobre el océano desciende hasta los 1.500 metros. La vuelta al mundo del Solar Impulse puede seguirse a través de la página web del proyecto (solarimpulse.com), con datos en tiempo real de la sala de control. Tras llegar a Hawai, Borschberg pilotará su máquina hasta Phoenix, en Arizona, con escala previa y sustitución de pilotos. Finalmente, atravesará los Estados Unidos, cruzará el Atlántico hacia Europa, desde donde partirá rumbo a Abu Dhabi, donde habrá completado su flamante vuelta al mundo. ¡Bon voyage!